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 miércoles, 23 de junio de 2004

Desenlace de una saga violenta en barrio Tablada
Tras dos semanas de agonía murió víctima de oscuro ataque

El misterioso ataque que un vecino de barrio La Tablada sufrió el 7 de junio pasado, precedido por la brutal agresión que una patota le propinó en pleno centro, pasó a ser desde la madrugada de ayer un homicidio. Sergio Romero tenía 39 años y a principios de mes ingresó al Hospital de Emergencias Clemente Alvarez con la cadera atravesada por una bala y golpes en distintas partes del cuerpo. Ayer murió luego de sufrir una descompensación en sus signos vitales, según dieron a conocer fuentes hospitalarias. Para los investigadores del hecho Romero fue víctima de un ajuste de cuentas o venganza, pero aún no tienen establecidos los motivos como tampoco identificado a sospechoso alguno.

"Se habla mucho, pero los testigos que declaren no aparecen", afirmaron ayer desde la policía al confirmarse el deceso de Romero. Esa afirmación está en las antípodas de lo que sienten los vecinos de la zona. "En este barrio la impunidad es terrible. Todo el mundo sabe que los asesinos son los hermanos Maximiliano y Andrés R., apodados dientes de lata ", aseguraron a La Capital fuentes del barrio que por obvias razones de seguridad prefieren el anonimato.

El trágico derrotero de Romero comenzó la madrugada del 25 de mayo pasado. Aquella noche recibió una feroz paliza en la zona de Mitre y Tucumán, a pocos metros de un boliche bailable del que había salido junto a un amigo. En esa oportunidad, desde la policía se dijo que Romero había sido rodeado cuando salía de la confitería por un patota de 10 ó 15 muchachos.

Según esa versión, el objetivo habría sido el robo de las zapatillas, pero lo cierto es que Romero intentó resistirse y recibió una andanada de puñetazos y puntapiés que lo dejaron inconsciente. Entonces estuvo un par de días internado en el Hospital de Emergencias.

Pero cuando Romero llegaba al fin de su recuperación por la golpiza, el pasado lunes 7 de junio, fue víctima de un nuevo ataque. Ese día lo atacaron a balazos en Necochea y Presidente Quintana. Recibió un plomo que le atravesó por completo la cadera, pero también sufrió golpes en la cabeza. Su hermano lo llevó hasta el Heca y, tras una efímera recuperación, la madrugada de ayer se descompensó y falleció.


"Hay una impunidad terrible"
Al respecto, vecinos del lugar donde vivía Romero, muy cerca de donde lo atacaron, sostuvieron ante La Capital que el segundo episodio fue una continuación o derivación directa del primero. "Esto, en la seccional 16ª lo saben. Los autores del crimen son Maxi y Andrés Rodríguez", volvieron a decir ante este diario.

Asimismo, manifiestan que "la impunidad en el barrio es terrible" y sostienen que "mientras en otras comisarías se cambian y renuevan los jefes, aquí perdura un hombre que brinda esa impunidad".

Los dos jóvenes acusados por los ataques a Romero son sindicados como integrantes de la patota de Colón y Quintana, un grupo que es comandado a su vez por un muchacho apodado Torombolo, hijo de un suboficial de policía conocido como por su apodo de Mortadela.

Asimismo, los vecinos se sienten desamparados porque aseguran que en la zona hay choques entre bandas de delincuentes por el manejo de la droga. "A Torombolo y sus secuaces la policía no los toca", aseguran.

Por su parte, fuentes de la seccional 16ª dijeron a este diario que no hay pistas firmes que lleven a la identificación de Torombolo. "Con respecto a este crimen ocurre lo de siempre: los vecinos o testigos hablan con la prensa sin dar sus nombres y no con nosotros. No podemos avanzar sino se judicializan esos testimonios", dijo un vocero policial.

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Los vecinos adjudican los ataques a peleas de bandas por drogas.

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