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 miércoles, 23 de junio de 2004

El Papa declaró venerable a María Crescencia

Juan Pablo II promulgó ayer el decreto por el que se reconocen las "virtudes heroicas" de la monja argentina María Crescencia, que de ahora en más recibirá el tratamiento de "venerable". La religiosa dio así un importante paso en el proceso de canonización, dado que restará que se apruebe un milagro por su intercesión para ser declarada beata y un segundo para ser santa.

En la misma condición se hallan el cura Brochero, Ceferino Namuncurá, Catalina de María Rodríguez, Leonor López de Maturana y fray León Torres.

Para la Iglesia Católica existen dos tipos de virtudes heróicas. Las "teologales" (fe, esperanza y caridad) y las "cardinales" (prudencia, justicia, templanza y fortaleza).

María Angélica Pérez nació en San Martín (Buenos Aires) el 17 de agosto de 1897, aunque la mayor parte de su niñez y adolescencia transcurrió en la localidad bonaerense de Pergamino.

El 31 de agosto de 1915 ingresó en el noviciado de la Congregación de las Hijas de Nuestra Señora del Huerto, tomando el nombre de María Crescencia. Recibió los votos el 2 de septiembre de 1918 y en su vida sobresalió la virtud de la humildad.

También se dedicó a los enfermos en el Sanatorio Marítimo, de Mar del Plata, donde se atienden niños que padecen tuberculosis óseas. Allí se contagia la enfermedad, aunque de modo pulmonar, por lo que es llevada a Vallemar, Chile.

A pesar de los esfuerzos médicos por salvarla, la religiosa murió "en olor de santidad" el 20 de mayo de 1932, en un colegio de Quillota, Chile. Según consta en la causa, las hermanas que se encontraban en el comedor, sintieron de repente un fuerte aroma semejante al de las violetas -cuando en mayo no hay violetas- que permaneció varios días en la casa.

El cuerpo incorrupto de Crescencia Pérez descansa hoy en la tumba del colegio Nuestra Señora del Huerto de la localidad bonaerense de Pergamino, donde han pasado desde el año 1986 hasta el presente, 92.045 peregrinos que vienen a venerar sus restos y a pedir ayuda o agradecer favores.

La Iglesia argentina tiene actualmente un solo santo, Héctor Valdivieso Sáenz, y más de un centenar de causas en distintas instancias. Las más avanzadas son las del religioso salesiano Artémides Zatti, la niña Laura Vicuña y las religiosas María del Tránsito Cabanillas y María Ignacia March Mesa. Todos ellos en condición de beatos. (DyN)

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