Televisión/Crítica

"Odisea. En busca...": Para espiar a los famosos sin cosmético

Pedro Squillaci / La Capital

Marley volvió a la televisión con un formato entretenido, con algunos tics de "Expedición Robinson", pero con todos los condimentos como para arrancarle una sonrisa al televidente. "Odisea. En busca del escarabajo dorado" es el nuevo ciclo coproducido por Alejandro "Marley" Wiebe -la nueva identidad que aparece en los créditos- , quien aparece como conductor de un reality de supervivencia en medio de una selva costarricense. Pero el atractivo pasa por lo dinámico del programa y por los invitados famosos. En el primer envío, que finalmente se transmitió anteayer a las 23, el mérito fue de cuatro integrantes del elenco "Los Roldán", entre los que se destacó una chispeante Florencia de la V, quienes atravesaron todas las dificultades posibles para redondear un buen debut.

Facundo Espinosa, Jimena Barón, Luciano Castro y el travesti que interpreta a Laisa en la tira más vista de la tele salieron al aire con una meta. Separados en grupos de a dos debían ganar la competencia para ganarse un viaje al Caribe y participar de la final, cuyo vencedor se llevará una Cuatro por Cuatro.

Esa es la parte material del ciclo, pero hay otro costado que tiene un tono de leyenda. Los competidores deben ganar siete medallones de un escarabajo dorado, que es un símbolo de vida eterna hallado en la tumba de Tutankamón.

Para obtener cada trofeo deberán sortear pruebas de supervivencia a lo largo de 24 horas, cuya complicación más liviana es dormir en carpa en medio de la selva y la peor es comer gusanos o cargarse al hombro una víbora pitón.

Lo jugoso es cómo se muestra todo eso. Y cómo afrontan los famosos algunos desafíos, a veces con mala onda (como Luciano Castro cuando se enojó con su compañera de equipo Jimena Barón), o con una carcajada. Ver a Florencia de la V corriendo con sus aros colgantes tras un chancho enmantecado o sacando leche de una vaca diciendo frases de doble sentido mueve a risa.

La participación de caras conocidas de la tevé es como un bonus track. Todos tienen familiaridad con la cámara y lo explotan con mucha profesionalidad en un marco que, además, ofrece paisajes atrapantes.

El ciclo permite ventilar también la arista más humana de los actores, y aquí aparece el reality. Es decir, hay un momento en que son ellos, sin poses ni maquillajes. Cuando Facundo Espinosa se muere por orinar o el contraste entre una temerosa Jimena Barón que no se atreve a tocar un cangrejo y la zarpada Florencia de la V que admite excitarse porque su compañero come frambuesas con chocolate y gusanos sobre su panza.

El cierre los encontrará a todos perdidos en un laberinto con una cámara portátil en su cabeza y un suspenso en la definición que se mecha con frases desopilantes de los competidores. Transpirados, sucios, muertos de risa o enojados según el resultado. Tarea cumplida.

Integrantes de "Los Roldán" atravesaron duros desafíos en la competencia.