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 domingo, 13 de junio de 2004

Bayer, entre la memoria y la polémica
El autor de "La Patagonia Trágica" estuvo en un debate y exigió una autocrítica a los intelectuales peronistas

Osvaldo Aguirre / La Capital

"Los intelectuales peronistas tienen que comenzar una autocrítica del peronismo. Parece que no se pueden tocar determinados temas del pasado. Nunca se habla, por ejemplo, de por qué Perón eligió a López Rega", dijo el escritor y periodista Osvaldo Bayer, presente en Rosario para intervenir en una jornada sobre ética de dirigentes obreros realizada en el Centro Cultural La Toma.

El autor de "La Patagonia Trágica" llegó a la ciudad horas después de que la película basada en su investigación sobre las huelgas obreras de Santa Cruz se proyectara en el Salón Blanco de la Casa de Gobierno, ante una asistencia en la que se encontraba el presidente Néstor Kirchner.

Bayer, de 77 años, consideró que la proyección del film "La Patagonia Rebelde" dirigido por Héctor Olivera "es una reivindicación de esa película tan perseguida", por lo que "Kirchner demostró coraje civil". Al respecto, el escritor recordó que la película fue "prohibida de hecho por Miguel Paulino Tato, el zar de la censura en el gobierno peronista, quien obligó a Olivera y (el productor Fernando) Ayala a retirarla de todos los cines".

La película, estrenada en junio de 1973, dejó de exhibirse después del 12 de octubre del mismo año, cuando Bayer apareció como condenado a muerte en una lista de la Alianza Anticomunista Argentina, la Triple A, organizada desde el Ministerio de Bienestar Social por José López Rega.

Después de la proyección de antenoche en la Casa de Gobierno, el presidente Kirchner sorprendió al auditorio al afirmar que era uno de los extras en la película de Olivera. "Estuvimos conversando un par de horas, a pesar de lo que nos desune, por la relación de su abuelo con mi padre", dijo Bayer.

En ese sentido, Bayer relató que "el abuelo de Kirchner era usurero y mi padre iba a hablar con él porque era el único que sabía hablar alemán (en Río Gallegos). Una vez vino apurado y le pidió a mi padre 10 mil pesos, que era muchísimo dinero, y nunca se los devolvió. El abuelo de Kirchner fue la persona que más odió mi padre; y también lo odiaban los obreros, porque explotaba un restaurante con orquesta de señoritas".

A propósito del debate sobre ética de dirigentes obreros, Bayer evocó su propia experiencia, en particular "mi trabajo como marinero timonel de los buques por el río Paraná, la gran huelga de 1950 y las asambleas que hicimos porque el gobierno de Perón exigía que los marítimos pasaran a la CGT y los marítimos tenían una tradición independiente, que era anarquista desde sus orígenes".

Según recordó el escritor, "hicimos la huelga cumpliendo con las reglas democráticas y soportando a inspectores de la CGT". El desenlace de la historia tendría, en su caso, a Rosario como escenario. "Yo fui el único huelguista del vapor Madrid, y me dejaron cesante para toda la vida. Me desembarcaron en esta ciudad, a las 3 de la mañana. Otro timonel me decía «tené cuidado porque te van a tirar al río». Y me tuvieron de plantón en la Prefectura hasta las 10, cuando vino un oficial y me dijo «mire lo que hago con su libreta de desembarco». La rompió en pedacitos y siguió: «usted nunca más va a navegar en los buques de la patria»".

"Yo amaba esa libreta, porque tenía los puertos donde uno paraba, era una especie de autobiografía. Ese oficio me gustaba mucho porque podía escribir en el timón. A veces el Paraná tiene unas rectas impresionante y entonces lo ataba y me sentía Joseph Conrad", agregó Bayer.

En su paso por Rosario, como suele hacer en sus intervenciones públicas, Bayer volvió a destacar la necesidad de la polémica. "Yo quisiera que los intelectuales peronistas, muchos de los cuales fueron amigos míos, comiencen una autocrítica del peronismo. ¿Qué es el peronismo hoy? ¿Cuál es su programa? Yo dije que Kirchner debería haber formado un nuevo movimiento popular para liberarse del peronismo, que le va a traer muchísimos problemas".

-¿Por qué sería necesaria esa autocrítica?

-Porque tengo un sentido de lo que debe ser un partido político democrático. Los intelectuales peronistas no tocan la figura de López Rega, parece que no existió. He tenido una polémica grande con (el historiador Roberto) Baschetti, quien no acepta la crítica: para él el peronismo era un mundo maravilloso, que no se puede tocar. Yo digo que hay que definir por qué Perón elige a López Rega y no a John William Cooke. Falta la polémica pública sobre el pasado peronista.

El otro frente de batalla del escritor está dado por la discusión en torno a la figura de Julio A. Roca, el militar que encabezó la llamada "campaña al desierto". "Empecé a dar clases de historia sobre quién era Roca, justamente frente a su monumento, en el centro de Buenos Aires. Ahora he invitado a Felipe Pigna y David Viñas para que expongan su versión. Y también a los historiadores roquistas, pero todavía no vino ninguno. Sólo dos personas me han atacado. Mariano Grondona opina que yo quiero destruir la nacionalidad. Y (José Ignacio) García Hamilton dijo que solamente nos acordamos del genocidio pero no de las otras obras de Roca, como que trajo el telégrafo sin hilos. «Tiene razón -le respondí-. Por ejemplo, de Hitler sólo se acuerdan de los campos de concentración, las cámaras de gas y el holocausto judío, y olvidan que inauguró las autopistas en Alemania»".

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"Parece que hay temas del pasado que no se pueden tocar", desafió Bayer.

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