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 miércoles, 05 de mayo de 2004

Cuando ansiedad y depresión se expresan en el cuerpo
Los síntomas más frecuentes son dolores de pecho, diarreas y bruxismo

Belén Travesaro / La Capital

El cuerpo habla. Cuando no lo escuchamos, suele poner límites y se expresa a través de síntomas. Según comprobaron diferentes estudios, entre el 30 y 50% de las consultas médicas (no psiquiátricas), ya sea por cefaleas, mareos, gastritis, entre otros, se deben a síntomas somáticos relacionados con trastornos de ansiedad y depresión. Así lo aseguró a La Capital el doctor Alfredo Cía, presidente de la Asociación Argentina de Trastornos de Ansiedad, quien estuvo recientemente en nuestra ciudad para participar de un encuentro organizado por Soltar Amarras.

"Los síntomas somáticos son aquellos que corresponden a afecciones de diferentes órganos o sistemas del organismo -en especial cardiovasculares, gastrointestinales, respiratorios o dermatológicos- que causan sufrimiento e incapacidad y no responden a una lesión orgánica", aclaró Cía.

En cuanto a las personas que manifiestan este tipo de síntomas, se comprobó que del 30 al 60% sufren de depresión; en tanto que del 20 al 50%, padecen trastornos de ansiedad. A veces la persona puede padecer ambas complicaciones. "Un gran porcentaje son usuarios frecuentes de los servicios de salud", acotó Cía de acuerdo a su experiencia profesional.


Manifestaciones comunes
Destinado a favorecer la detección precoz y evitar la angustia, Cía brindó a La Capital algunos ejemplos de síntomas físicos comunes que se asocian con la ansiedad y la depresión.

u Cardiología: dolores de pecho, precordialgias atípicas o arritmias que no obedecen a ninguna causa desde el punto de vista de la especialidad médica.

u Gastroenterología: dispepsia, dificultades para tragar (denominada globus o disfagia) o diarreas reiteradas sin causa orgánica.

u Neumonología: sindrome de hiperventilación referido a quienes respiran superficialmente y rápido, lo que los lleva a padecer de hinchazón abdominal (debido a que se traga aire).

u Traumatología: dolores de nuca, espalda o cintura por tensiones o contracturas, entre otros.

u Odontología: bruxismo, roce de los dientes que provoca el desgaste de las superficies masticatorias.

u Ginecología: algunas formas de tensión premenstrual.

u Otros: alergia a casi todos los medicamentos, lo que lleva a no tolerar ni siquiera dosis mínimas.


Algunas personalidades son más vulnerables a padecer estos trastornos, según lo estableció la Escuela Psicoanalítica de Estados Unidos.
Las personalidades dependientes suelen ser más sensibles a las afecciones estomacales como gastritis y en ocasiones, úlceras duodenales. Esto está referido a aquellos que no pueden tomar decisiones por sí mismas y necesitan de los demás para validar sus actos.

Otro perfil descripto es el denominado contradependiente, patrón inverso al anterior, que es una forma reactiva hacia la dependencia. En alusión a seres autoritarios, que quieren que todo se haga según ellos quieren. Y cuando son contradichos o se ven frustrados manifiestan la sintomatología gástrica.

Quienes tienen ira contenida, tienden a manifestar hipertensión. Se trata de aquellos que se ponen colorados cuando se enojan, y suelen tragarse la bronca, lo que los puede llevar a una suba en la tensión arterial.

Para el tratamiento del llamado sindrome somático funcional, el especialista aconseja la indicación de farmacoterapia específica (antidepresivos) junto con psicoterapia. "Los factores que provocan estrés y las exigencias son difíciles de modificar. La psicoterapia ofrece medidas psicoeducativas, de orientación, cambios en el estilo de vida. Las condiciones de vida en el mundo se fueron modificando, llevando a que la sensación de incertidumbre e inseguridad ante el futuro sea cada vez más vertiginosa", opinó Cía.

Según agregó el profesional está comprobado que cuando estas personas se las trata por la depresión o ansiedad, se alivian o desaparecen las somatizaciones que las habían llevado originariamente a la consulta.

En cambio cuando estos trastornos no son tratados adecuadamente pueden producir serias limitaciones, entre otras, quien sufre de agorafobia grave no puede salir de su casa; o el que padece ansiedad social severa debe abandonar sus estudios por no poder rendir exámenes, o no puede acceder a una cita o formar una pareja porque se siente inhibida.

"Mediante la detección y tratamiento precoz, a cargo de especialistas, sean psicólogos o psiquiatras, se consigue solucionar la incapacidad", cerró el especialista.

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"Los síntomas somáticos causan sufrimiento e incapacidad".

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