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 domingo, 11 de abril de 2004

Maradona: "Los cinco los hice yo"
Ovacion vibró con Diego en el Coloso

Mauricio Tallone / La Capital

Ese gesto mostrando los cinco dedos de su mano derecha como adjudicándose la goleada con la que Newell's se sacó de encima a Gimnasia fue la señal más elocuente de que Diego Armando Maradona estuvo en el Coloso para mostrarle al mundo que su corazón también late al ritmo de Newell's.

En esa simple impronta del Diez vale entender el repertorio de estridencias que desplegó mientras el partido se resolvía entre las apiladas del colombiano Patiño, el desequilibrio de Marino y las gambetas de Rosales.

Maradona se ubicó en el palco oficial junto al presidente Eduardo López y en cada avance del equipo de Gallego le susurraba algo en el oído al máximo dirigente rojinegro. Ni hablar cuando Guillermo Marino clavó esa chilena en el ángulo derecho de Olave y la conquista activó al mejor Diego: "Qué golazo que hizo ese pibe, presidente. Dónde la metió".


Diego hizo gritar a todos
Otra máxima del Diez se vio cuando Patiño infló ese globo tremendo para decorar el tercer gol rojinegro y explotó en un grito abrazándose con todos los que tenía a su lado. Hasta el presidente de Newell's, hombre que habitualmente no se pega a las grandes estridencias, se levantó y se unió al festejo. Es que con Diego es imposible no mimetizarse. A cada insinuación de peligro que se hacía notar en el área tripera, el Diez se encargó de ponerle la ampulosidad de palabras y la marca de sus declaraciones.

Precisamente cuando Ovacion, el único medio que vivió al lado de Maradona las alternativas del partido, le preguntó ya consumada la goleada qué le había parecido la actuación del equipo de Gallego, un Diego apretujado por fotógrafos y curiosos, atinó a contestar: "Maestro, lo mejor de Newell's fue el equipo. De todos los goles que hicimos (así en tercera persona del plural) el de Marino y el de Patiño fueron los que más me gustaron. Se nota que este equipo ya captó el mensaje del Tolo Gallego (un amigo). Porque muerde cuando tiene que morder y juega cuando tiene que jugar. No tengo dudas de que habrá un gran campeonato. Si juegan como hoy (por anoche) será difícil ganarle a Newell's", alcanzó a sentenciar mientras se metía en uno de los autos que lo trasladó hasta uno de los hoteles céntricos de la ciudad y luego emprender el regreso hacia Capital Federal.

Diego Armando Maradona paseó su figura retacona con la camiseta del centenario por el Coloso, recibió una plaqueta recordatoria, inauguró oficialmente la tribuna que lleva su nombre y se entregó dócilmente a la sensiblería de esas miles de almas leprosas que lo despidieron con el clásico "Oleee, oleee, oleee..., Diego, Diego".

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Diego pisó el césped y los leprosos le dieron la bienvenida.

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