El PJ santafesino reforzó su identidad y marcó diferencias con el kirchnerismo

El acuerdo Obeid-Lole revitaliza al peronismo y motoriza a la militancia

El acto del viernes en Santa Fe entusiasmó a las desmovilizadas bases del justicialismo provincial

Carlos Roberto Morán / La Capital

Jorge Obeid asumió la conducción provincial del peronismo provincial en el transcurso de un acto masivo cumplido el pasado viernes en Santa Fe con un claro y público juramento de lealtad al senador nacional Carlos Reutemann: "Vamos a seguir toda nuestra vida política al lado de Reutemann porque tenemos un lazo de lealtad que nada ni nadie podrá romper", dijo en un discurso en el que si bien improvisó, cada palabra fue pensada en razón de su peso específico. Y lo dijo además, flanqueado por el propio Lole.

Al presidente Néstor Kirchner, que ya debe haber sido bien informado sobre las características del acto reutemista-obeidista, no le tienen que haber gustado demasiado esos conceptos, como tampoco el hecho de que el gobernador lo haya citado una sola vez en su discurso ante un público que no se mostró demasiado fervoroso al escuchar el nombre del primer mandatario. Sin embargo, el ministro de Gobierno, Roberto Rosúa, dijo a La Capital que las relaciones entre el jefe del Estado y Obeid atraviesan el mejor momento (ver página 10).

Y eso que fiesta y fervor no faltaron a lo largo de las casi dos horas que duró el mitin celebrado frente a la vieja sede partidaria de la calle Crespo en Santa Fe, frente a la vieja plaza España. Ocurre que el público presente quiso ratificar el liderazgo de Carlos Reutemann, a quien seguramente debió sonarle como música celestial los "Lolé, Lolé" (en forma de cántico y con acento en la e) que a cada rato le dirigían sus seguidores.

En el escenario no faltó prácticamente ninguna de las figuras consulares del peronismo santafesino, con las contadas excepciones de -por ejemplo- Pedro González y Oscar Lamberto. Pero sus ausencias fueron justificadas, además ambos integran la mesa de conducción unitaria en cargos expectantes y adhirieron por telegrama al acto en el que el justicialismo vernáculo buscó mostrarse monolíticamente unido detrás del senador nacional, al tiempo de arriesgarse a montar un acto público en momentos en que la militancia prácticamente ha desaparecido del escenario nacional.

Los peronistas respondieron movilizándose desde distintos puntos de la provincia y la ciudad capital. Tan buena aceptación tuvo la convocatoria que gran parte de la plaza se llenó de militantes, quienes arribaron portando carteles de todo color y tamaño y muchas, pero muchas, fotos del Lole, que sin duda sus seguidores supieron distribuir en forma masiva.

El redoblar de los tambores y timbales, bombas de estruendo, petardos y similares siguieron el enérgico discurso de Obeid, de definido perfil partidario. Viejo militante del justicialismo, el gobernador quiere reivindicar a su agrupación política (más que eso, al movimiento nacional y popular) y recuperar la militancia perdida.

De ahí que no deba extrañar que el gobernador haya dirigido sus palabras de cierre a los gremialistas y a la juventud partidaria, a la que invitó a sumarse a un proyecto triunfador.

"Quiero ver este local lleno de militantes, trabajando todo el día, aportando ideas y nuevos proyectos", dijo un distendido Obeid al periodismo antes de dirigirse al palco que compartió con Reutemann y su ex rival interno, ahora ministro de Obras Públicas, Alberto Hammerly.


Delicado equilibrio
A Obeid le será complicado, por decir lo menos, mantener el difícil equilibrio entre Kirchner y Reutemann. Miguel Bonasso lo dijo con exceso de crudeza pero transmitiendo lo que el kirchnerismo (o al menos un sector de él) siente: "Si se está con Kirchner se tendrá que enfrentar a Reutemann". Por eso se interpretó que el flamante presidente del PJ provincial le respondía al ex militante montonero al afirmar desde la tribuna: "No necesitamos que ningún sabiondo venga de afuera a decirnos qué hacer".

Según se comentaba en un diario de Capital Federal, el kirchnerismo decidió en un momento "hacerle la cruz" a Obeid, especialmente después de que éste se demorara en renunciar a la conducción del justicialismo nacional surgida en el reciente congreso de Parque Norte, tal como se lo había pedido el propio presidente.

El jueves pasado hubo un acto y un encuentro de primer nivel en la Casa Rosada al que Obeid concurrió. Luego, de regreso en Santa Fe, el gobernador sostuvo que "todo había quedado aclarado" y que su actual relación con el presidente es "excelente". Por eso también se animó a afirmar que se proponía trabajar activamente para que el trato entre Reutemann y Kirchner se encaminen de la mejor manera posible.

De todos modos la tarea no será nada fácil ya que las relaciones entre el patagónico y el ex gobernador santafesino nunca fueron buenas. Dicen quienes lo conocen, que Kirchner no le perdona al Lole que no lo haya recibido en la Casa Gris cuando era uno de los candidatos del PJ a la presidencia y que, en cambio, sí haya aceptado fotografiarse con Carlos Menem.

Las diferencias numerarias, para nada menores, sobre los aportes que hizo la Nación a la provincia para asistir a los afectados por las inundaciones tampoco son un obstáculo fácil de superar. "No nos vamos a pelear por unos pesos más o unos pesos menos", dijo oportunamente el presidente, como dando a entender que la situación estaba superada, pero la cuestión retornó reciente en un programa televisivo que intentó dejar mal parado al Lole, quien participó de la emisión.

Obeid tendrá mucho que remar entonces, si se mantiene en la idea de juntar lo que hasta hoy se presenta como el agua y el aceite. Y tiene también ante sí la tarea y la responsabilidad de poner en marcha un peronismo unido tras su figura y la de su antecesor, calificados como "figuras estelares" por su ex rival Hammerly, para seguir cosechando triunfos electorales "enfrentando a los herederos de la Alianza", como expresó en el acto del viernes. Tareas difíciles y complejas, pero en las que se tiene fe.

Al asumir la jefatura del PJ, Obeid dijo que nada ni nadie romperá su lealtad con Lole.