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 domingo, 29 de febrero de 2004

Millet pone en tela de juicio el manejo del Quini y la quiniela en Santa Fe
La empresa Boldt vuelve a estar en la mira
El diputado acusó a Reutemann de haber prorrogado sin fundamentos, dos veces, la concesión

El escándalo por corrupción que sacude al gobierno de Lula en Brasil luego de que se descubrió la connivencia entre un zar del juego clandestino y una empresa concesionaria de las apuestas legales sigue agitando las aguas en Santa Fe. La firma involucrada es Boldt SA, precisamente la que tiene a su cargo el procesamiento de datos de la Lotería santafesina.

"Lo que pasó en Brasil es nada más que una ratificación de lo que uno pensaba que estaba ocurriendo en esta provincia. Hay un montón de coincidencias para analizar", sentenció ayer el diputado provincial Juan Carlos Millet (UCR). Luego recordó que "hace más de ocho años" viene "denunciando y alertando sobre la situación de Boldt en Santa Fe".

En Brasil, según el diario O Globo, un alto dirigente del PT (Waldomiro Diniz) negoció coimas para la campaña electoral con el empresario del juego clandestino Carlinhos Cachoeira, quien luego se asoció con Boldt y ganó dos licitaciones para juegos on line en Río de Janeiro y Río Grande do Sul.

En diálogo con La Capital, Millet agregó que "hay sospechas muy certeras" de que esa sociedad habría servido en Brasil para "el lavado de dinero del narcotráfico" y que "eso es muy parecido a lo que ha pasado acá en estos años entre Boldt y la Lotería de la provincia".

Según Millet, "Boldt llegó a la provincia en el 91, con el primer gobierno de Carlos Reutemann. Entró por licitación y se hizo cargo de una parte del juego. Luego, en el 95, a poco de vencer su mandato y cuando Boldt estaba en pleno apogeo porque había puesto en marcha el Quini 6, Reutemann consiguió que la empresa siga con el juego en la provincia vía una contratación directa total y absolutamente injustificada".

El legislador explicó luego que para ello el gobernador apeló a un artículo de la ley de contabilidad que está expresamente puesto para el caso de obras de arte. "Si se tiene que comprar un Picasso, no va a hacer una licitación, porque es algo único y exclusivo. Haga de cuenta que Boldt era un Picasso", graficó luego y consideró que se trató de una decisión "totalmente objetable y que lleva a preguntarse ¿qué estaba pagando Reutemann para tener que cumplir de esa manera con Boldt".

Tras hacer hincapié en que antes de entregar por segunda vez su mandato a Jorge Obeid el Lole volvió a prorrogarle el contrato a Boldt y que si esta cumple con "unos objetivos no muy importantes" podrá incluso extenderlo directamente por cuatro años más, Millet se preguntó: "De qué gran negocio se tratará esto".

El legislador explicó que Boldt cobra una comisión del 6,45% sobre el monto total apostado y que -por ejemplo- en 1997 cobró una comisión de más de 5 millones de pesos sólo por la recaudación del Quini, que fue de 84 millones.

"Pero hay más -insistió-: la provincia cedió a Boldt el control de las jugadas, y en el caso del Quini 6, un juego con bajísimas posibilidades de acierto, se hace mucho más factible el fraude".

Sobre esto, explicó que "hay indicios muy peligrosos de que no sólo se trata de una empresa que gana millones y no pasa nunca por una licitación en serio, sino que está sospechada del lavado de narcodólares". Millet considera que el hecho de que no sea ya obligatorio consignar el número de documento de quien juega al Quini "hace imposible saber quién gana y así la boleta se transforma en una especie de billete al portador. Eso es un mecanismo para el blanqueo que es inadmisible cuando todo el mundo está tratando de pelear contra este flagelo que es la droga".

Millet dijo que presentó numerosos pedidos de informes para saber quiénes habían sido los ganadores del Quini que cobraron cheques de más de un millón de pesos y que nunca se le respondió. Luego recurrió a la Justicia para intentar averiguar y sólo obtuvo como respuesta que el tema no era judiciable.

"Hoy, que en Brasil el principal capitalista de juego aparece asociado a través de una empresa a Boldt y se difunde una filmación donde se ve a un funcionario pidiendo una coima a para la campaña del partido del gobierno, una vez más nos preguntamos ¿qué estaba pagando Reutemann cuando le daba la concesión directa a Boldt?", fustigó Millet.

Finalmente sostuvo que Obeid siempre heredó cocinado el contrato con Boldt, pero que es "un buen síntoma" que haya puesto un nuevo director en la Caja, Jorge Zorrequieta, y que quizá "se pueden comenzar a hacer los preparativos para desembarazarnos de un sistema de esta naturaleza".

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Millet puso bajo sospecha la gestión Reutemann.

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