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 domingo, 29 de febrero de 2004

La Quebrada de Humahuaca celebra en carnaval el "desentierro del diablo"
La ancestral fiesta pagana jujeña brilla bajo la tutela de la Pachamama, declarada Patrimonio de la Humanidad

La Quebrada de Humahuaca transforma al carnaval en una fiesta de lugareños y visitantes que renuevan cada año un compromiso con "el diablo", al que se "desentierra" para pedirle bienes materiales y al que se devuelve siete días después a las profundidades de la Pachamama donde queda oculto el resto del año.

Este es el primer carnaval que se celebra en la Quebrada tras ser declarada Patrimonio de la Humanidad por parte de la Unesco. Los festejos contagian a todos a lo largo de los 155 kilómetros que ocupa la falla geográfica, que mereció la distinción internacional por su valor paisajístico y cultural.

El carnaval de la quebrada reconoce varias etapas: el miércoles (pasado) con la "señalada" de los animales; el jueves de comadres; "el vale todo", día destinado a chayar (dar buena energía) a los instrumentos de trabajo, y nuevamente el entierro (hoy), del también llamado pujllay.

"Es en este tiempo cuando se abre la tierra y sale el diablo al que se le piden bienes materiales. Se promete por tres años bailes, comida y bebida para las comparsas y a cambio se le pide bienestar económico", explica Mario Arias, miembro de la cuadrilla de copleros tilcareños "Los Mañeros", en medio de una de las celebraciones.

Cada pueblo tiene sus propias comparsas e impone una personalidad al encuentro.

Así, no es lo mismo la atractiva Humahuaca, en la que sobresalen los turistas y los "cholos" o jujeños blancos, o Maimara y Volcán, que lo que ocurre allá en los cerros donde los paisanos viven un carnaval que está vedado a ojos ajenos.

Las bebidas también ocupan su lugar en el festejo, chicha, vino, "saratoga" (un delicioso clericó) y el "yerbeao" (alcohol puro con hierbas que sólo se bebe durante el desentierro). "Liberan a todo lo prohibido durante el año", asegura con una sonrisa, Arias, porque "para el carnaval todos somos solteros".

"Traigan chicha, traigan vino, tengo ganas de macharme", cantan los Diamantes jujeños sintetizando el espíritu de la fiesta que se viste con el poderoso perfume de la albahaca, el talco, papel picado y témpera que ayudan a crear la máscara que ocultará, por estos días, a los participantes.

La declaración de la Unesco modifica el ambiente, admite el titular de Turismo y , Jorge Noceti, quien dijo que por ahora la provincia no promocionará turísticamente el lugar para evitar daños ambientales, y porque se trabaja en el diseño de un ordenamiento territorial que establecerá reglas para el desarrollo regional. (Télam)

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El "desentierro" es el eje de las celebraciones.

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