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 domingo, 29 de febrero de 2004

Intervino Inspección municipal
Clausuraron un boliche porque tenía más del triple de gente de lo permitido
Es Década (Santa Fe al 3300). Había 835 personas cuando admite 250. Su dueño se negó a desalojar el local

La Municipalidad clausuró la madrugada de ayer la confitería bailable Década, ubicada en Santa Fe al 3300, porque estaba superpoblada. En rigor, su capacidad (250 personas) quedó sobredimensionada en más de tres veces (había 835 aproximadamente). Sin embargo, el propietario se negó a desalojar la disco y, a pesar de la advertencia de los inspectores, siguió vendiendo entradas. La situación hizo que se pidiera colaboración a la policía, pero sólo llegó un móvil del Comando Radioeléctrico. El cierre se logró efectivizar recién cuando los clientes se retiraron.

En una recorrida que La Capital realizó durante la madrugada del sábado fue posible comprobar la situación in situ . El boliche había sido previamente apuntado por la Dirección de Inspección. Y a la cero hora de ayer fue instalado en el lugar uno de los llamados puestos fijos. Dos empleados de esa repartición tenían como objetivo controlar ese sitio. Y lo hicieron. Munidos de la documentación necesaria (órdenes de inspección) con los datos del local, se hicieron presentes allí hasta que Década abrió sus puertas y los clientes comenzaron a entrar.

Los inspectores utilizaron un cuentaganado para medir el factor ocupacional y cuando la capacidad llegó a 250 personas, avisaron para que se frenara la venta de tickets. Sin embargo, el responsable del negocio hizo caso omiso a la advertencia e indicó a la boletería que continuara. "Estaba ofuscado, muy nervioso", dijeron los inspectores a los periodistas de este diario que arribaron al sitio apenas el personal municipal informó el hecho a sus superiores.

Así y todo, fue labrada el acta de clausura y se convocó a Control Urbano y al Comando Radioeléctrico que nada pudieron hacer ante la situación. El boliche estaba en pleno funcionamiento y nadie vislumbraba que se desalojara.

"Estos son hechos que lamentablemente se repiten y no se puede hacer otra cosa que esperar", reveló uno de los inspectores, que decidió concurrir a la comisaría 6ª (con jurisdicción en la zona) para pedir colaboración. Pero en la seccional no había agentes suficientes para dedicarse al tema.

Finalmente, hubo que esperar a que cortaran la música y a que la gente comenzara a retirarse para colocar la faja de clausura, hecho que ocurrió pasadas las 7. Ahora, la continuidad del cierre está en manos del Tribunal Municipal de Faltas, que decidirá qué sanciones le caben al comercio.

"Por suerte no hubo ninguna desgracia, no pasó nada adentro porque las consecuencias habrían sido peores en estas condiciones", expresó uno de los inspectores.

Días atrás, algo similar sucedió en la confitería bailable La Usina, donde la madrugada del pasado domingo unos 30 jóvenes cayeron de una rampa al romperse la baranda de ese acceso al local. La Municipalidad llegó una hora antes del accidente y clausuró la confitería por "falta de higiene y mal estado de las instalaciones sanitarias". Pero no se desalojó el lugar, sino que se dijo a los encargados que lo evacuaran.

Esa disco, ubicada a la orilla del río, tiene espacio para no más de 256 personas cuando, según testigos, había cerca de mil y sólo el puente sostenía en el momento del accidente a por lo menos 100.

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El boliche había sido "apuntado" por Inspección.

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