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 domingo, 11 de enero de 2004

Héctor Zinni: "Defendió los intereses del pueblo"
El autor explica los motivos que lo llevaron a urgar en la vida de uno de los personajes más emblemáticos de un país yrigoyenista

Héctor Nicolás Zinni es un historiador y librero que se erigió en una referencia local después de publicar "Rosario de Satanás". Es profundo y metódico, pero a esas virtudes se antepone siempre su cordialidad y respeto. Hace un tiempo ya que escribió el libro sobre Ricardo Caballero pero los vaivenes de la economía argentina han hecho que su obra aún no avisore un editor. Pero la esperanza es lo último que se pierde. Sobre el personaje y su historia Zinni hizo un resumen con algo de autobiografía.

-¿Por qué eligió al doctor Ricardo Caballero como eje de un libro biográfico?

-Porque me impresionó su personalidad. Yo lo conocí cuando tenía siete años de edad y él me curo de una afección. Mi padre gozaba de su amistad y gracias al doctor Caballero hubo un pan más en la mesa familiar, cuando hizo entrar al autor de mis días como bibliotecario en la Facultad de Medicina de Rosario.

-¿De dónde provenía la amistad de su papá con Caballero?

-Mi padre era uno de los poetas del Centro de Estudios Argentinistas Juan Manuel de Rosas que había fundado el doctor Caballero y que tenía más de 30 filiales aquí y en el sur de Córdoba. Ahí nomás de haber empezado a conocer los versos criollos de mi viejo, Caballero, gran activista, lo tomó prácticamente bajo su tutela.

-¿Quién fue en realidad el doctor Caballero?

-El doctor Caballero a quien traté en mi adolescencia, como lo señalo en mi libro, fue vicegobernador radical -el primero en la historia- de la provincia de Santa Fe en 1912, cuando triunfó la formula Menchaca-Caballero, merced a la sanción previa de la llamada Ley Sáenz Peña, de cuya gestación también me ocupo. Dicha Ley se volvería a aplicar por segunda vez en 1916, año en que ganó la presidencia de la Nación el doctor Hipólito Irigoyen, a la que pudo acceder porque el doctor Caballero -quien ya había fundado la Unión Cívica Radical de Santa Fe- le envió los 19 electores que le faltaban, siendo evidente que si esto no se hubiese concretado como lo fue, desinteresadamente y por la gran adhesión a Irigoyen, otra hubiera sido nuestra historia nacional a partir de allí.

-¿Qué más dice usted en su libro?

-Mi obra refleja la imagen pura, luchadora y rebosante de ideales de quien fuera caudillo argentinista -siempre en defensa del hijo de nuestra tierra, como el Partido Demócrata lo hacía con los inmigrantes- además de eminente, altruista y galardonado profesional médico de vida espartana, quien, además de haber sido miembro fundador de la Facultad de Medicina de Rosario, de la Biblioteca Clásica de dicha Facultad y creador de la cátedra de Historia de la Medicina, ocupó dos veces la banca de diputado y otros dos períodos la de senador de la Nación.

-Se supone que su obra es minuciosa, ¿es también amena y de fácil lectura?

-He recogido las memorias, los discursos y las cátedras de este prohombre, conjunto que he insertado y comentado en el desarrollo estructural dispuesto en nueve partes de once capítulos cada una, con el agregado de grabados, dibujos, viñetas, reproducciones facsimilares, ilustraciones y composiciones fotográficas, lo que confiere al conjunto un punto flexible para la agilidad y amenidad de la lectura.

-¿Qué más nos puede señalar sobre la personalidad de este médico y caudillo rosarino?

-El doctor Caballero, además de haber sido un muy buen escritor, un excelente narrador y un eminente catedrático, defendió desde su banca en las oportunidades que se le brindaron, los intereses del pueblo que lo había elegido, entre ellos la tan resistida en su momento Ley de Jubilaciones y otras no menos notables iniciativas que lo tuvieron como protagonista. Tomó parte en las revoluciones de 1893, 1903 y 1905, siendo encarcelado por ello. Intimo amigo de Hipólito Irigoyen, fue Jefe Político de Rosario, interregno en el que solucionó numerosos conflictos obreros a favor de los mismos en los tiempos que los sindicatos no existían. Y también fue presidente de la Caja Nacional de Ahorro Postal. Contó entre sus numerosas y calificadas relaciones y amistades con la de Homero Manzi, quien lo hizo personificar por el actor Juan Carrara dentro de la película "El último payador". El doctor Caballero gozó también de la amistad y el reconocimiento de Agustín P. Justo y de Roberto M. Ortiz, entre otros, como José Figueroa Alcorta, Marcelo T. de Alvear y muchos más, como lo demuestro en mi obra que algún día verá la luz y que, aspiro, sirva como original vehículo de referencia y de conducta política.

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