Año CXXXVII Nº 48263
La Ciudad
Política
Información Gral
La Región
Opinión
El Mundo
Policiales
Cartas de lectores


suplementos
Ovación
Turismo
Mujer
Economía
Escenario
Señales


suplementos
ediciones anteriores
Educación 10/01
Campo 10/01
Salud 07/01
Autos 07/01


contacto

servicios

Institucional

 domingo, 11 de enero de 2004

Trabajo. Para el abogado de la CGT rebelde el rol de los gremios será más activo
Recalde: "Como sociedad, es mejor pelear salarios que planes de asistencia"
Dijo que la mayoría de los nuevos convenios no significaron subas de salario

"En la Argentina el temor a perder el empleo se traduce en pánico", dijo en forma taxativa el abogado laboralista Héctor Recalde a la hora de explicar las limitaciones que tuvieron los reclamos por mejoras en las condiciones laborales y discusión salarial. Pese a eso, está convencido de que en 2004, "los sindicatos van a ir recobrando el rol que tenían" antes de la década menemista, mucho más si "el gobierno sigue con la política dirigida a la demanda y priorizando el consumo". Este es parte del diálogo que sobre el tema mantuvo con La Capital.

-¿Pueden este año los gremios cobrar el protagonismo que tenían hace décadas en el escenario político y económico?

-Creo que sí, si el gobierno sigue con la política que está adoptando, dirigida no a la oferta sino a la demanda, priorizando el consumo.Por supuesto, estas medidas no tienen toda la fuerza que sería necesaria pero van en buena dirección. Esto indica que así, lentamente, los sindicatos van a ir recobrando el rol que tenían. De todos modos, esto se empalidece frente a la situación del trabajo, ya que hay ocho millones de trabajadores con problemas de empleo. Casi 22% de desocupados (sin incluir los que están en los planes Jefas y Jefes de Hogar), 19% de subocupados y también 29% de sobreocupados. Esto último también es un problema. Además hay un 45,1% de trabajadores que están en negro, lo que indica que no dieron resultados los anuncios de lucha contra la evasión. El temor a perder el empleo en la Argentina tiene características de pánico, porque el desempleo es de larga duración y estructural. También hay un 60% de la masa salarial en negro. Frente a eso, creo que es recién muy incipiente la recuperación del rol de la fuerza sindical. De todos modos, se va a proyectar en 2004.

-¿Qué papel debe cumplir el Estado?

-Aquí el rol del Estado es esencial en su función de promover la recuperación del poder adquisitivo del salario y la creación de empleo genuino. Si eso no ocurre, las negociaciones colectivas se van a dar con dificultades, porque hay una desigualdad negocial entre empleador y trabajador. El análisis de las cláusulas firmadas en los convenios que se renovaron del 98 en adelante muestra una declinación cuantitativa y cualitativa que implicó pérdidas de derechos a cambio de incorporaciones de empleo.

-Flexibilización laboral.

-Sí, es lo que llamamos flexibilización laboral. Un ejemplo de esto se dio en el 91 y fue un disparate porque el acuerdo firmado por la Asociación Obrera y Minera con la empresa Cerro Vanguardia, que fijaban 2.400 horas de trabajo anuales (en Europa no se superan las 1.750), algo imposible de realizar si a ese tope se le restan las horas equivalentes a feriados y las vacaciones. Sin embargo, fue homologado por el Ministerio de Trabajo.

-Pero en 2003 el Ministerio de Trabajo homologó 75 convenios flexibles, la mayoría por empresa.

-Creo que el Ministerio de Trabajo debería vigilar las horas de trabajo y no homologar convenios de este tipo. Con esto no se generan nuevos empleos y en muchos casos, ni siquiera se pagan las horas extras. Es un rol importante el de la administración laboral en este sentido.

-¿Cuáles son los gremios que realmente lograron recomposición salarial?

-Los gremios que han concedido aumentos salariales en serio fueron pocos: los camioneros, colectiveros, telefónicos, judiciales y ahora los bancarios y alguno que otro aislado. De todos modos, con todos los datos de desempleo y problemas laborales que existen uno se pregunta cómo van a hacer para pelear por salario cuando en realidad están peleando por trabajo. Esto durante mucho tiempo significó cambiar la fuente de trabajo por la reducción del ingreso.

-¿Esta situación puede cambiar en el corto plazo?

-Creo que suavemente vamos a ir en esa dirección y no quiero incurrir en voluntarismo. Por eso es importante lo que planteó el presidente Néstor Kirchner, cuando al asumir reivindicó el rol del Estado para intervenir de forma de igualar los puntos de partida. Por lo menos para que no haya tanto desequilibrio en la relación de fuerza.

-¿Resulta mejor para el gobierno negociar con los gremios que con los piqueteros?

-Si uno analiza objetivamente, los mayores problemas de los gobiernos en general, no hablo de éste en particular, en los últimos años fueron enfrentarse a la desesperación por el acorralamiento que sufren los desocupados. Aquí, con esta nueva representación que son los piqueteros. Frente a la debilidad y la lucha por la necesidad extrema, los gobernantes se ven preocupados porque esta exteriorización tiene formas más crudas más que los conflictos sindicales. Me da la sensación de que cuando los funcionarios dicen que los sindicatos deben ocupar la calle en lugar de los piqueteros, hay una mezcla del interés por desplazar la teorización del conflicto y, por otro lado, de la certeza de que es mejor para una sociedad que el conflicto parta de reivindicaciones salariales o de mejora en las condiciones de empleo que de la miseria. Es más sano negociar salarios que planes de asistencia.

-¿Puede disparar la inflación un aumento masivo de salarios?

-Me parece que todavía estamos con problemas graves como para que un aumento del poder adquisitivo desate inflación. El aumento de costo de vida este año fue del 4%. Ojalá hubiese sido del 8% porque eso decía que se tenía mayor poder adquisitivo. Ese fantasma de la inflación es sólo eso, un fantasma. En esta realidad, sería bueno volcarse más a la gran materia pendiente que es la del cambio en la política tributaria. Esa sería una medida de fondo para mejorar la distribución de la riqueza con equidad.

-¿Avanzará la derogación de la ley de reforma laboral?

-Sí. Es una decisión tomada del gobierno. Así me lo manifestó el ministro de Trabajo, Carlos Tomada, en la reunión que mantuvimos la semana pasada. En esto hay dos etapas para enfrentar el problema. Primero, salir de la ley del soborno y, para no dejar un vacío en la normativa, volver más o menos inmediatamente a lo anterior. Hay que salir del período de prueba y volver a lo que primó siempre en el país que es un lapso de tres meses donde el empleador puede despedir dando un preaviso sin indemnización. Esto siempre fue así en Argentina y nunca trajo problemas. Las amenazas de los empresarios en este sentido son falsas.

-¿Cuál es la segunda etapa a la que hacía referencia?

-La discusión sobre qué derecho de trabajo merecen nuestros asalariados acorde con la situación del siglo 21. Desde el 76 nos vienen sacando cosas.

enviar nota por e-mail

contacto
buscador

Ampliar FotoFotos
Ampliar Foto
Recalde confía en que los gremios recuperarán el rol de otros tiempos.

Notas Relacionadas
La disputa salarial vuelve a la agenda económica


  La Capital Copyright 2003 | Todos los derechos reservados