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 lunes, 24 de noviembre de 2003

Sida: una lucha constante

El primero de diciembre la Plaza Montenegro le mostrará a Rosario las mantas en donde año a año se suman los nombres pintados que recuerdan las vidas apagadas por la letal enfermedad que sólo en 2002 se llevó a 3 millones de personas en todo el mundo. El Día Mundial de la lucha contra el Sida está marcado en todos los almanaques del globo.

En 1989 el virus ya se había convertido en un triste huésped incapaz de discriminar, en Rosario Gladys y Hugo Viegas perdían a su única hija y a su pequeño nieto. La vida de estos padres cambió para siempre pero del dolor sobrevinieron las fuerzas para organizarse, combatir el flagelo y emprender la titánica tarea de prevenir que se cobrara más vidas.

Mientras ambos esperaban en el hospital el desenlace inevitable percibieron una realidad, "había muchas mujeres que se habían contagiado y estaban embarazadas, pero no lo contaban y entonces nos tomaron como punto de referencia, ahí nos dimos cuenta de que teníamos que hacer algo", recordó Hugo Viegas. Este fue el punto de arranque de la Organización de Familiares Enfrentando al Sida (Ofes), que asiste a las personas que viven con VIH y trabaja en el campo de la prevención.

En un recorrido a través de quince años de trabajo, Viegas reconoció que se logró incorporar socialmente las formas de contagio y los métodos para cuidarse pero que no hubo cambios de conductas. "Saben que es lo que no hay que hacer pero lo hacen igual, después vienen con cara de pánico a hacerse el análisis", se quejó.

La transmisión sexual es una de las principales vías de contagio del Sida, pero para Viegas, pese a todas las advertencias, "pocos toman los recaudos y mantienen una relación responsable". Además agregó que "la pobreza y la ignorancia pesan en este punto porque si a veces no se tiene para comer menos para preservativos". La Ofes cree que dentro de una familia el diálogo es una herramienta de significativa importancia para educar a los chicos sobre la importancia de cuidarse en una relación sexual, sin embargo, cuando llegaron a las escuelas a dar charlas notaron que "dentro del entorno familiar se evadían las charlas sobre sexo y si se trataba de una chica, la negación del tema era peor".

Pasada la etapa adolescente, los miembros de la Ofes recomendaron no bajar la guardia. "Hay que hablar del Sida también dentro de una pareja estable porque una pandemia de esta magnitud no puede ser dejada de lado". "Esto no es gripe, no se contagia así nomás" aclaró Viegas antes de agregar que en una relación afectiva también hay que diferenciar "estabilidad de fidelidad para aclarar tantos".


Las drogas son un tema aparte
Para el fundador de la Ofes, "la droga es un tema aparte porque genera inconsciencia y no sólo hay peligro de contagio por compartir una jeringa, sino también por tener relaciones sin ningún control".

Viegas no cree en el tristemente difundido latiguillo de la "reducción de daño", "hay que ver a las figuritas que en Rosario difunden esto", inquirió para sentenciar luego que "reducir el daño es concientizar para no drogarse, porque los estupefacientes producen estúpidos, degradan la condición humana y esto no se puede reducir de ningún modo".

Respecto de los controles de detección de virus en los bancos de sangre, Viegas aconsejó que cuando alguien se someta a una operación programada, "vaya juntando su propia sangre durante el tiempo previo a la intervención". Si bien no descree de los controles, si lo hace de los que donan sabiendo que tienen conductas de riesgo.


El resultado tan temido
La Ofes realiza en forma gratuita y anónima análisis de detección. Al informar resultados positivos, profesionales toman contacto con la persona y además, gente que vive con VIH y colabora con la entidad, aclara que con un tratamiento responsable se vive normalmente. Pasada la fase más crítica, se acompaña a la persona a realizar sus trámites para obtener la medicación y se lo invita al grupo de apoyo.

Con la colaboración de médicos, y familiares, la Ofes conformó un banco de medicamentos que no se agota en las drogas para el Sida. Hay medicaciones oncológicas, para hemodiálisis y antibióticos que hacen llegar hasta los que las necesitan.

En los barrios trabajan en materia de prevención y de formación de mujeres que actúan como referentes comunitarias y brindan orientación. Mientras tanto, dos emprendimientos aguardan ponerse en marcha: un taller de costura y un vivero. "Por ahora no podemos porque el único aporte que recibimos es municipal y de los socios adherentes, el resto son donaciones para asistir a madres solteras".

Hugo y Gladys viajan con sus charlas, envían medicamentos a zonas inhóspitas, participan del Foro Internacional del Sida y confiesan, "lo que nos queda de vida está entregado a esta causa". La causa de advertir y de lograr que los métodos de prevención se vuelvan una práctica cotidiana, de acercarle dignidad al que ya convive con el mal y de ayudar a detectarlo a tiempo.

Clarisa Ercolano

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