Lo que dejó la fecha: Boca ensaya la vuelta

Luis Castro / Ovación

Si quedaba un resabio de esperanza, el viernes Newell's le dijo chau al torneo. La caída frente a Lanús le quitó las pocas chances que ostentaba de pelear por el título. Y ayer el que también se despidió definitivamente (más allá de que los números indiquen que hay posibilidades matemáticas) fue Rosario Central, que no pudo doblegar al colero del Apertura, Olimpo de Bahía Blanca.

Si bien todo indicaba que hacía un par de fechas que tanto los canallas como los leprosos se habían bajado de la lucha, interiormente aún conservaban encendida la llama de la ilusión de dar pelea hasta el final. Pero tanto uno como el otro no supieron reflejar en una cancha con buenos resultados sus intenciones de arrebatarle el liderazgo al casi seguro campeón Boca Juniors.

El empate con Chacarita y posteriormente frente a Racing fueron un duro golpe para los rojinegros que lo llevaron a tomar conciencia de que el Apertura era una utopía y volcarse de lleno a finalizar el torneo lo más arriba posible.

Atrás quedaron todas las expectativas generadas a comienzos de la competencia, cuando el pensamiento general residía en festejar el centenario del club con una vuelta olímpica. Pero todos los obstáculos que se le presentaron a través de las lesiones de sus principales figuras jugaron en contra e impidieron darle batalla al título hasta el final como pretendía Veira. Por eso el Bambino, más allá de que se haya puesto en duda su continuidad, ya piensa en buscar revancha en el Clausura con los dos refuerzos que tiene previsto solicitar (un volante y un delantero).

Lo de Central es distinto. La apuesta fue llegar a sumar 32 unidades, cifra que puede alcanzar sin inconvenientes. Aunque la buena perfomance que había tenido a lo largo de casi todas las fechas le había permitido mirar primero el título de reojo y hasta entusiasmarse con conseguirlo. Pero un par de bofetadas, ante River y Arsenal, más la de Olimpo, lo devolvieron a la realidad. A esa que indica sumar para estar tranquilos con el promedio, más aún sabiendo que el año próximo deberá hacer frente a la Copa Libertadores.

Más allá del entusiasmo que se había despertado en la ciudad con el buen andar de los equipos, Newell's y Central derraparon sobre el final y se quedaron sin posibilidades de luchar, como eran sus intenciones.

Encima, Boca no otorgó demasiadas ventajas y sólo perdió los tres puntos en una ocasión. Justamente frente a la lepra en el Coloso -los rojinegros después no volvieron a ganar-. Aunque, es cierto, resignó varios puntos debido a los cinco empates que acumuló, pero ni siquiera eso les permitió a los demás hacerles verdadera sombra como para arrancarle de las manos un título que prácticamente lo tiene en sus manos.

Aún restan cuatro fechas (tres para cuervos y xeneizes). La matemática indica que existen chances para que algunos equipos den pelea. Pero la lógica marca que los conducidos por Carlos Bianchi están por recibirse de campeón. Por eso ya comenzó a ensayar la vuelta olímpica.

Iarley quiere. Boca no pudo pero sigue sin apuros.