¿Todo Mc Donalds para Graham?

El día miércoles pasado concurrí con mis dos nietos al McDonalds ubicado al lado del Village. Cuando llegué había dos móviles policiales ocupando los lugares del ingreso, por lo que me dirigí hacia los espacios que dan al oeste. Allí me enteré del despliegue policial: treinta integrantes del equipo del pastor Graham estaban en el local, algunos con la típica apariencia de "custodias". Cuando me retiraba me dirigí hacia la puerta que da al oeste, por la cual había ingresado, y para mi sorpresa la encontré cerrada con llave. Esta puerta da acceso a la parte del local donde estaban almorzando la mayoría de los visitantes. Mi cara de fastidio debe haberlo dicho todo, ya que uno de ellos, que parecía encargado, se levantó y llamó a la empleada que luego de un viaje de ida y vuelta al mostrador accedió gentilmente a abrirme la puerta. Ahora, si estos señores no se sienten seguros, por qué no se quedan en su país y, segundo, qué hubiera pasado si ocurría algo inesperado que necesitara de una rápida evacuación. Y no me interesa si hay otra puerta de salida, McDonalds no tiene derecho a tratar a ciertos clientes de una manera que perjudique o moleste a otros. ¿O sí?

Lilia Oliver