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 miércoles, 08 de octubre de 2003

TELEVISION / CRITICA
La novela de la ciega y el chico bueno con un audaz giro policial

Pedro Squillaci / La Capital

No es la primera vez que la televisión aborda en una telenovela la historia de una no vidente. Y en eso quizá "Abre tus ojos" no aporta nada demasiado novedoso. Lo interesante de este culebrón es que hay una trama policial que atraviesa la historia. Aunque está lejos de "Resistiré", no cabe duda de que muchos guionistas descubrieron que es el momento de aprovechar la movida de colar un género dentro de otro género. Y al menos, el primer capítulo ya disparó escenas que meten suspenso e intriga, y da ganas de seguir mirando, valga la paradoja.

Rocío Mazzini (Romina Yan) es una joven que quedó ciega a los 8 años, a causa de un accidente de tránsito. Su padre Atilio (un brillante Horacio Peña) se siente culpable por ese incidente y como buen oftalmólogo persigue un desafío profesional y familiar: operar a su hija y ser quien le devuelva la vista.

En este marco, no faltan algunos tics de las telenovelas clásicas. Es decir, Rocío pertenece a una familia adinerada, tiene mucama y asistente propia, está de novia con Diego (Sergio Surraco), a quien no ama del todo, y encima el joven pergeña un plan junto a su malvada madre (Cristina Alberó) para quedarse con el dinero de los Mazzini.

La historia pasará a tornarse interesante a partir de la aparición de Pablo (Iván Espeche), un humilde y apuesto muchacho de campo, que irrumpe accidentalmente en la vida de Rocío. Ellos se conocen en momentos en que ella espera a su profesor de baile, quien justamente le enseñará a bailar el vals para su inminente boda. Ella se sentirá atraída por la ternura de Pablo -que estaba en su casa visitando al mayordomo- , y que también comienza a enamorarse de Rocío.

Romina Yan compone con solvencia a su personaje, deja su mirada fija, casi no pestañea, y transmite sensibilidad a su personaje. Iván Espeche aparece demasiado durito todavía, quizá por el peso que demanda su primer protagónico. Sin embargo, resultó creíble en la difícil escena en la que encuentra a su padre asesinado, y, aunque su grito de dolor sonó estereotipado, no desentonó.

Un conflicto promete ser de largo alcance. Fiel a los tiempos que corren, ambos serán víctimas de un secuestro y las coincidencias del guión harán que uno de los secuestradores no sea nada menos que un amigo de Pablo, quien además es el asesino de su padre. Una historia cruzada que complicará al protagonista, ya que los Mazzini pensarán que ese joven desconocido que enamoró a Rocío es uno de los responsables de este incidente.

La telenovela se debate entre un formato clásico y una inyección pseudo policial. Habrá que ver si la trama toma vuelo o se queda en el cuentito del amor imposible del chico humilde y la chica rica.

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Iván Espeche y Romina Yan, los protagonistas.

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