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 domingo, 31 de agosto de 2003

Segunda lectura
Mensajes de una derrota inesperada

Alejandro Cachari / La Capital

Una derrota con enseñanzas. Dos ítems prioritarios: al fútbol no se puede jugar sin número cinco y es muy difícil improvisar un enganche, sobre todo en los partidos en los que el enlace es casi el motorcito del equipo.

Esas parecen las materias pendientes de un Newell's que llegó a la cancha de Racing con la prioridad de quedarse con los tres puntos y terminó absorbido y vencido por un equipo en el que no sobresalen las individualidades, pero que el juego de conjunto compensa todas las otras debilidades.

A propósito de equipo y de juego de conjunto se hace la referencia de que es imposible jugar sin un volante central de profesión y sin un enganche acostumbrado a pelear en esa posición ante rivales de diferentes características.

Newell's, en este caso su entrenador, no puede sacrificar de manera tan deliberada a Sebastián Domínguez y a Walter Silvani. O los hace jugar de lo que saben, o los saca, o modifica la estructura para que queden capacitados para desarrollar sus posibilidades.

Para muestra basta una referencia. En todo momento, se hizo notoria la ausencia de Ariel Rosada en la mitad de la cancha; y la culpa no es de Domínguez. De Silvani debe reconocerse que es uno de los futbolistas de mayor entrega del equipo pero que termina yendo y chocando sistemáticamente por que los espacios que su envergadura física y características futbolísticas necesitan no existen frente a equipos como Arsenal. O en todo caso, adversarios como Olimpo, el próximo compromiso rojinegro dentro de quince días en el Coloso.

Tampoco es recomendable que Paulo Rosales sea el fusible adecuado cuando saltan los tapones y el descarte cuando se alcanza parte del objetivo. Paulo entró cuando se lo necesitaba y ni siquiera pudo disfrutar del empate por que salió de la cancha 30 segundos después. Eso merma la autoestima del futbolista.

No es dramática la derrota, ni siquiera desestabiliza. Tampoco se pretende pedirle a Héctor Veira que modifique todo por un traspié. Sólo que es una buena oportunidad, sobre todo porque queda tiempo, para poner la pelota contra el piso y hacer un balance exhaustivo de las virtudes y defectos del esquema rojinegro.

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