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 domingo, 31 de agosto de 2003

El camino del francotirador

Si bien ignora su nombre y su rostro, la policía rosarina tiene un puñado de datos sobre el Loco de la Escopeta. Se presume que es un único atacante que progresa hacia un comportamiento más agresivo. No elige una víctima ni un objetivo en especial y por eso -o quizá porque le gustan las escopetas- evita un arma de tiro direccional. Por las descripciones aportadas en tres casos, es un hombre de no más de 40 años, 1,75 metro de estatura y cutis blanco. Demuestra disciplina e inteligencia para preparar los ataques y evitar su detención. Los peritos distinguen dos etapas en la historia del enemigo público. La primera se inició el 13 de noviembre de 1992, cuando se produjo su primera aparición. Fue en la plaza de Córdoba y Castellanos, donde hirió a una maestra con una bala de revólver calibre 32 largo.

Esa etapa inicial se cierra el 9 de septiembre de 1995, con el ataque a una tienda de Córdoba 3406 y un total de catorce apariciones, todas con la misma arma. Cuando fue individualizado comenzó a ser llamado el Loco de la Plaza, en alusión a que varios de sus ataques se produjeron en ese tipo de espacios.

En 1996 el francotirador dejó en paz a los rosarinos. La segunda etapa de su historia se abre el 11 de marzo de 1997, cuando comenzó a usar una escopeta calibre 12.70. Ese día el tirador apareció en Córdoba al 4300, donde hirió a José Nicastro. El pico de sus incursiones se registró en 1999, cuando hubo 23 ataques.

El 1º de mayo de 1999 el Loco disparó dos veces en el lapso de diez minutos. Primero agredió a dos chicas de 14 años que caminaban por Eva Perón al 6400 y luego en Córdoba y Castellanos, en el sector trasero de la terminal de ómnibus, donde hirió a una mujer de 59 años.

Sin embargo, en esa época se conformaba con poner la mira en frentes de comercios y asustar a sus dueños. En los primeros seis meses de 1999 hubo una seguidilla de ataques en una zona delimitada: calle Mendoza entre Matienzo y Avellaneda.

El 13 de junio del mismo año se produjo uno de sus golpes más espectaculares, cuando abrió fuego sobre más de cien personas que almorzaban en las mesas del comedor McDonald’s en el Patio de la Madera. Un nene de 6 años y un hombre de 40 fueron alcanzados por perdigonadas.

Al menos desde mediados de 1999, el Loco se dedica a atacar colectivos. Comenzó el 10 de mayo, con un escopetazo contra un coche de la línea 107, en Alberdi y Almafuerte, donde hirió a una mujer.

El 19 de septiembre de 2002 un comerciante afirmó haber visto al francotirador después de ser herido en un nuevo ataque, cerca del complejo de cines Village. "El tipo estaba parado a mitad de cuadra por Córdoba, sobre la verdad impar. Cubría la culata de la escopeta con un suéter, pero el caño se veía. De golpe la levantó a media altura, sin posicionarse como tirador y disparó", dijo Víctor Curaba. El blanco fue un colectivo de la empresa Las Rosas.

El caso más grave ocurrió el pasado 19 de abril. Florencia Rubino, de 12 años, subió al colectivo 131 en 27 de Febrero y Oroño. Se había desencontrado con unas amigas e iba a su casa, pero en el cruce con Pueyrredón el Loco de la Escopeta disparó contra el micro y la mató.

Distintos testigos afirmaron haber visto diversos vehículos: una Trafic blanca, un viejo Renault 12, un Fiat Duna blanco, un Ford Falcon negro de vidrios polarizados. Ninguno pudo ser identificado. La policía detuvo asimismo a varios sospechosos: dos jóvenes que integraban una barrita revoltosa, un suboficial de policía con problemas psiquiátricos, un arquitecto enemistado con vecinos que decidieron delatarlo. Fueron pistas que no llevaron a ninguna parte, como los fotofits que se elaboraron en distintos momentos en base a aportes de testigos.



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Uno de los fotofits confeccionados.

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