Año CXXXVI Nº 49936
Política
La Ciudad
Información Gral
Opinión
La Región
El Mundo
Policiales
Cartas de lectores


suplementos
Ovación
Escenario
Economía
Señales
Turismo
Mujer


suplementos
ediciones anteriores
Educación 16/08
Campo 16/08
Salud 13/08
Autos 13/08


contacto

servicios

Institucional

 domingo, 17 de agosto de 2003

La grieta. El kirchnerismo puro blanqueó su malestar con el vicepresidente
Alberto Fernández: "Con Scioli está todo mal"
El ministro salió a acorralar al ex motonauta por no estar en sintonía con la agenda del primer mandatario

Una de las principales espadas del kirchnerismo, el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, reconoció ayer sin eufemismos que está "todo mal" con el vicepresidente Daniel Scioli a causa de su posición contraria a la anulación de las leyes del perdón, porque en un país serio -dijo el ministro- lo que "no se soporta es vivir con la impunidad caminando por las calles".

El funcionario se encargó de aclarar, sin embargo, que el jefe del Estado, Néstor Kirchner, y sus ministros "no tienen ninguna diferencia" y admitió que la "única diferencia que asomó (en el seno del gobierno) fue con el vicepresidente".

La grieta que se abrió en el gobierno parece insalvable para Scioli y lo coloca en una situación extremadamente delicada, sobre todo si se tiene en cuenta que Fernández integra el círculo áulico del presidente y no hubiera salido a hablar sin la autorización del jefe del Estado.

Esta fricción que asomó en el seno del poder hizo recordar ayer a varios analistas la situación que se dio entre Fernando de la Rúa y Carlos Alvarez, que culminó con la renuncia de Chacho e inició el derrumbe del gobierno de la Alianza, sumiendo al país en una crisis política y económica sin precedentes.

Las diferencias públicas entre Scioli y Kirchner surgieron luego de que el vicepresidente dijera a empresarios en Tucumán que las tarifas de luz y gas subirían en octubre, lo que fue desautorizado de inmediato por el vocero presidencial Miguel Núñez. Pero tras esas declaraciones, Scioli dio otra vez la nota cuando se pronunció en contra de anular las leyes del perdón en el Congreso.


Una voz disonante
Fernández insistió en que "las expresiones de Scioli claramente no se condicen con las expresiones del presidente y sus ministros".

Al ser consultado sobre en qué aspecto estaba "todo mal" con Scioli, el jefe de Gabinete no anduvo con vueltas: "En estas expresiones; pero bueno, la gente habla, discute y sigue su vida, tampoco hay que magnificar".

El jefe de Gabinete se preocupó luego en diferenciar a Scioli del resto del gobierno -incluido, obviamente, Kirchner-, y hasta pareció no querer darle margen al vicepresidente para una eventual marcha atrás en sus palabras.

"No es la opinión del gobierno lo que ha expresado Daniel Scioli. Dicho de otro modo y sin eufemismos: nosotros no creemos de ningún modo y bajo ningún punto de vista que en un país en serio las leyes no se anulan", sentenció.

Para Fernández, "en un país en serio lo que no se soporta es vivir con la impunidad caminando por las calles".

"No comparto cuando Scioli dice que en este país habría que dejar de hablar de María Julia (Alsogaray) y de los militares y dedicarse a la economía porque la verdad es que estamos haciendo bastantes cosas en materia económica".

Advirtió que "son diferencias conceptuales más o menos importantes, pero diferencias conceptuales que uno no puede ocultar".

"Para nosotros -aseguró- el tema de los derechos humanos es un tema ético, político, central. Y el respeto de la Justicia y el fin de la impunidad es un objetivo definitivo de este gobierno".

Fernández consideró, por lo tanto, que "cualquier idea que tiende a minimizarlo o a quitarle trascendencia, significa una diferencia conceptual profunda, y eso es lo que hemos dicho".

Rechazó, finalmente, la posibilidad de que Scioli pueda crear un "poder paralelo" al del presidente.

"Eso es imposible; la administración de la República se concentra en el Poder Ejecutivo, que tiene una cabeza que se llama Néstor Kirchner, y los ministros que lo acompañan, y allí es donde se desarrolla la administración del gobierno", concluyó.

Pese a la embestida de Fernández, el vicepresidente intentó ayer bajarle el tono a las discrepancias internas al asegurar que no busca diferenciarse de Kirchner y negó que piense en "otra corriente" dentro del justicialismo.

"No hay pelea. Estamos todos empujando para el mismo lado, para adelante. La situación es compleja y la discusión es cómo hacemos mejor las cosas. Lo que pasa es que a veces quieren instalar problemas donde no los hay", relativizó el vicepresidente.

"Yo no pienso en otra corriente interna -continuó-; soy un militante del justicialismo y estoy convencido de que dentro del peronismo hay que creer más que nunca en esa frase del general (Juan) Perón: «Gobernar es generar empleo»".

Ayer el vicepresidente admitió que "puede haber matices" en el gabinete, pero aclaró que "cada uno está en su lugar, compenetrado con estas ideas y con esta impronta que le ha dado el presidente al gobierno".

Scioli sostuvo que "si bien todos estamos de acuerdo en el fondo, la cuestión de la lucha contra la impunidad, algunos sostienen que la nulidad de las leyes puede demorar más que lo que la Justicia demora en este tema".

"Con respecto al tema de tarifas, todos coinciden en que es un tema que en algún momento hay que resolver, simplemente...", dijo, aunque de inmediato aclaró que es una cuestión que "se resuelve al máximo nivel ejecutivo; a mí tampoco me consultan".

enviar nota por e-mail

contacto
buscador

Ampliar FotoFotos
Ampliar Foto
Scioli sufrió el ataque del círculo presidencial.

Notas Relacionadas
Chiche manda un mensaje al gobierno


  La Capital Copyright 2003 | Todos los derechos reservados