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 domingo, 06 de julio de 2003

Los murciélagos se salvaron del incendio
La mitad de la obra que se había hecho hace dos años para recoger el guano de los "bichos" se quemó

Laura Vilche / La Capital

¿Qué pasó con los murciélagos que vivían en los techos de la Facultad de Derecho? La pregunta fue una de las tantas que se dispararon con el incendio que devoró gran a parte del centenario edificio de Córdoba y Moreno.

"Se salvaron porque estamos en el mes de julio", contestó Marcelo Romano, del Centro de Investigaciones en Biodiversidad y Ambiente, antes de agregar: "Desde hace varias décadas, una colonia maternal conformada por 35 mil hembras preñadas viene aquí a parir sus crías a partir de septiembre. Hace lactancia, y a mediados de febrero, vuela unos 2 mil kilómetros, hacia el sur de Brasil o Paraguay. Parten de acá unos 70 mil de estos insectívoros".

Quien también se refirió a estos bichos, considerados por gran parte de la gente como feos y repulsivos, fue la secretaria técnica de la Facultad de Derecho, Susana Klotzman. "En realidad, al quemarse el ala norte del edificio se salvó el paridero o nursery, la reja ubicada en el ala sur donde la colonia duerme y pare a sus crías. En el lugar afectado por el fuego los murciélagos sólo se dedican a revolotear", explicó la funcionaria de la Universidad Nacional de Rosario (UNR).

Cuando se refaccionaron las cubiertas de los techos de la Facultad de Derecho entre el 99 y el 2001 (obra que en su momento costó 1.600.000 pesos) se construyó una estructura especial para los murciélagos.

Es que los especialistas evaluaron que la presencia de los minúsculos mamíferos, lejos de ser nociva, constituye un beneficio para el ecosistema. "Son un efectivo control biológico de insectos. En Rosario, durante el verano, llegan a devorar hasta 50 toneladas de mosquitos y plagas, ya que cada hembra come de noche el ciento por ciento de su peso, de 12 a 15 gramos", señaló Romano.

El especialista remarcó que estos animales no son de la especie vampiro -típicos del norte del país-, son inofensivos y sólo pueden transmitir rabia en caso de que alguno esté infectado. "Pero es poco probable, ya que tienen alta resistencia al virus", aseguró, al tiempo que aconsejó "no matarlos a escobazos", sino sólo abrirles una ventana para que se vayan. "Los que suelen entrar a los hogares son pichones desorientados y en general están muertos de miedo", subrayó.

Se estima que los murciélagos eligieron a Rosario para su estadía de seis meses debido a las condiciones ambientales favorables que se generan por la conjunción de humedad y calor.

En Estados Unidos existen doce colonias de este mismo tipo, que también vuelan un radio de más de 1.500 kilómetros cuando emigran, pero los del país del norte se instalan en Méjico.

Un dato más. Este curioso grupo nada tiene que ver con los que revolotean a pocas cuadras de allí, por bulevar Oroño. "Esas son colonias pequeñas que se forman en los huecos de los árboles y que en más de una oportunidad eligen alojarse también en los taparrollos de las ventanas de los departamentos", indicó Romano.


Como reyes
Durante más de 80 años, el guano (excremento) de los murciélagos, se depositó sobre los cielos rasos del edificio, que se deterioraron considerablemente. En el 99, y previo a las obras de refacción de los techos, se llegaron a extraer 15 toneladas de estiércol para luego construir una loza (que costó en su momento 400 mil pesos), que cubrió toda la superficie del edificio. Una especie de bandeja hecha de un material especial (fenólico pintado con epoxi) que permitía su recolección y limpieza cada vez que la colonia emigraba.

El lugar se iluminó especialmente y hasta se instalaron orificios para conectar allí las bombas de los camiones cisterna que absorbían el guano, un material que en el exterior se cotiza muy bien y se vende como fertilizante. "En una oportunidad pensamos destinar el guano a las facultades de Agronomía y Veterinarias, que tienen campos experimentales", dijo Klotzman.

"La obra, muy común en Estados Unidos, Inglaterra y Canadá, fue de vanguardia para Latinoamérica. Realmente a los murciélagos se los trató como a reyes, hasta el protector de madera que se usó en los techos se analizó para que no intoxicara a los animales", comentó Romano, quien lamentó mucho el incendio porque según él "hizo estragos con un edificio histórico que se refaccionó con mucho cuidado a través de una obra grandiosa".

El especialista se animó a decir que los murciélagos volverán en septiembre, pero no sabe qué reacción tendrán cuando se encuentren con parte de su hábitat quemado. "Seguramente se redistribuirán en el lugar o se amontonarán un poco", vaticinó.

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Unos 35 mil murciélagos vienen en septiembre.

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