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 domingo, 06 de julio de 2003

[Lecturas] Reflexiones sobre literatura argentina
Zonas de tránsito crítico
Ensayo. "La violencia del azar". Cristina Iglesia. Fondo de Cultura Económica. Buenos Aires, 200 páginas

Evelin Arro (*)

Las crónicas de la conquista introducen una escena mítica en la literatura latinoamericana: la del encuentro entre el conquistador y el cuerpo de los nativos. En los ensayos de Cristina Iglesia sobre literatura argentina reunidos en "La violencia del azar", diversas variantes de esa imagen original funcionan como eje de lectura y como núcleo de productividad crítica. La situación del aventurero abandonado a la experiencia extrema de ser otro entre quienes lo reciben es la escena más aludida en los artículos. Todos ellos fueron escritos en algo menos de diez años y editados en diversas revistas y libros en colaboración.

"La violencia del azar" invita a un recorrido donde si bien prevalece la secuencia histórica no se descartan algunas entradas arbitrarias. Un ensayo acerca de "Cicatrices", la novela de Juan José Saer, abre "El terror delicado", primera zona temática donde se exploran ficciones que reelaboran relaciones de sometimiento antiguas y nuevas. Le continúan las historias de la conquista rioplatense donde el mito de la mujer cautiva se instala en el origen de ese tipo de relaciones, para concluir con un texto sobre otra novela reciente, "La ciudad ausente", de Ricardo Piglia.

Como si leyéramos los ejercicios para una presentación definitiva, la segunda parte, titulada "Tierra Adentro", propone varias versiones de una misma y minuciosa lectura del viaje autonarrado del coronel Lucio Mansilla a las tolderías de los indios ranqueles. De todos los cuadros evocados en "Una excursión...", los ensayos de Iglesia insisten en uno: el encuentro en tierras indias entre el excursionista narrador y el cacique Mariano Rosas. "Este es el momento crucial, un poco como el momento en que Borges tiene que empezar a describir el aleph, el momento en que se va a entrar definitivamente en lo otro", afirma Iglesia y entiende que a esa altura del relato Mansilla produce sus mejores efectos literarios. El procedimiento que consiste en debilitar su propia imagen, cediendo a varias dudas que lo asaltan en el instante crucial de su viaje, redunda en un proporcional aumento del suspenso con el cual la historia puede seguir contándose con ciertas dosis de interés.

"Resplandores urbanos" es la zona temática que culmina el recorrido, en la ciudad moderna. Allí convergen reflexiones sobre textos de Eduardo Holmberg, Arturo Cancela y Eduardo Wilde, un enfoque sobre el proyecto cultural de la revista Sur y un "tratado sobre el silbido en la literatura nacional". En este último, la autora reconoce la inscripción de Julio Cortázar en una modesta tradición nacional que desde "Pot-pourri" o "Silbidos de un vago" de Eugenio Cambaceres intentaría romper la solemnidad creando una imagen transgresora del país: "la Argentina como un matambre arrollado envuelto en un silbido interminable convertido en piolín". La novela "Rayuela", en su protagonista Oliveira, marcaría los antecedentes de un típico escritor porteño que en su hablar de la ciudad prolonga el estilo desprejuiciado y como al pasar de la tradición literaria del silbido.

Cristina Iglesia tiene la intención de crear "zonas de tránsito crítico". Si bien esto se expresa en la elección de sus objetos -personajes en tránsito hacia espacios y culturas desconocidos- su escritura logra crear otro tipo de movimiento. La observación meticulosa de ciertas escenas bien conjugada con la capacidad de tramar relaciones con obras ineludibles de la literatura nacional, provoca desplazamientos y encuentros ocurrentes: coincidencias entre el "Facundo" y "Una excursión...", el parecido de los personajes de los duelos de Borges con el "orillero del saber" que es el Dr. Landormy, la voz de este último igualada a la de Waldo Frank en sus "Memorias", etcétera. Varios nombres de autores argentinos son convocados por efecto de una interpretación distendida.

En general, hipótesis arriesgadas intentan sostenerse con explicaciones precisas que no siempre logran impedir ciertos excesos. Sin embargo, esto no opaca la fecundidad de la mirada crítica de Iglesia, que lejos de apostar todo a la mesura explicativa pretende trabajar con agudeza extrema el detalle de la escena que elige leer.



(*) Evelin Arro es profesora en Letras. Colabora en la revista Nueve perros



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