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sábado,
08 de
diciembre de
2007 |
Excarcelaron a sospechosos por el crimen de Abel Beroiz
Siguen acusados de encubrimiento. En un escrito, Hugo Moyano se ofreció a colaborar en la causa
Los dos detenidos por el encubrimiento del crimen del sindicalista Abel Beroiz fueron excarcelados por orden del juez Osvaldo Barbero. La medida se dispuso un día después de que el líder de los camioneros, Hugo Moyano, presentara un escrito en el que se pone a disposición del juez y manifiesta su voluntad de colaborar con el esclarecimiento del caso.
Los acusados de encubrir el homicidio recuperaron ayer la libertad pero seguirán vinculados a la causa. El titular del juzgado de Instrucción Nº 13 consideró que ese beneficio era procedente porque están imputados de un delito excarcelable. La medida había sido requerida por la defensora Estrella Galán.
Quienes recuperaron la libertad son Natalia Lorena D., de 25 años, y Mauro O., de 18. Los habían detenido el miércoles en un Fonavi de la zona sur y están acusados de prestar colaboración a uno de los presuntos autores materiales del homicidio, un ex convicto que se encuentra prófugo. La policía obtuvo pruebas de que habrían obtenido una parte del dinero pagado para ejecutar el crimen del tesorero de la Federación de Camioneros y estrecho colaborador de Moyano.
Reacción. En tanto, el representante de los camioneros y líder de la Confederación General del Trabajo (CGT) presentó el jueves un escrito a través de su abogado, Daniel Llermanos, en el que se puso “a disposición del juez” para declarar en caso de ser convocado. Según el profesional, lo hizo en respuesta a la versión periodística de que el juez no observaba en los sindicalistas predisposición a colaborar con la investigación.
“Se presentó un escrito en el que se aclara que si Moyano no se presentó en la causa es porque no fue citado. Si eso ocurre no tiene elementos de utilidad para aportar. Pero de ninguna manera él propiciaría una falta de colaboración cuando ha sido testigo de la larga carrera gremial de Beroiz y, en lo personal, desea profundamente que esto se esclarezca”, dijo ayer Llermanos a La Capital. Y destacó que, personalmente, el juez Barbero “desmintió haberse quejado de la falta de colaboración del gremio”.
Cambio de móvil. Si bien en un primer momento Moyano alentó la idea de que el crimen obedecía a un hecho de delincuencia común, el abogado ahora abonó otra hipótesis.
“Atando cabos, considerando el hecho de Rivas (Jorge, el vicejefe de Gabinete nacional brutalmente golpeado en un robo) y rumores que se escuchan a raíz del cambio de autoridades presidenciales, ahora evaluamos que podría tratarse de un acto desestabilizador dirigido al gobierno. Puede ser estimulado por algún sector que quiere desestabilizar al líder de la CGT, que es la cabeza visible y fuerte de un movimiento organizado que ha compartido la mayoría de las políticas laborales de este gobierno”, resumió Llermanos, quien el jueves estuvo reunido con el juez en presencia de Abel Beroiz hijo, abogado y asesor de los camioneros.
Llermanos remarcó que el hijo de Beroiz desconocía que su padre sufriera amenazas y que “nunca actuó como un hombre amenazado. Si eso existía, se lo ocultó a la familia”. Sin embargo, una asesora del gremio declaró que el sindicalista le confesó haber sido amenazado.
Beroiz, de 71 años, fue asesinado de tres balazos y varias puñaladas el 27 de noviembre en un céntrico estacionamiento subterráneo de Rosario. Los atacantes arrojaron junto al cuerpo un recorte con su foto y no le robaron nada. Para la policía, fue un crimen por encargo.
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