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sábado,
08 de
diciembre de
2007 |
Alumnos de la 6.430 viajaron a Victoria gracias a su esfuerzo
Los chicos de la escuela elaboraron mermeladas para recaudar fondos
Con el orgullo de saber que el esfuerzo realizado valió la pena, los alumnos de sexto A y B de la Escuela Nº 6.430 Isabel la Católica cumplieron el sueño de cruzar el puente que une las ciudades de Rosario y Victoria. Para ello, decidieron elaborar durante octubre y noviembre mermeladas caseras, y con lo recaudado, poder concretar el ansiado viaje.
Bajo la coordinación de sus docentes Diana Gigante y Viviana Ochova, los chicos de barrio La Tablada pusieron manos a la obra y desde la hora de tecnología lograron hacer cerca de 300 frascos del dulce. Con naranjas y azúcar, alumnos y docentes iniciaron con entusiasmo lo que finalmente se convirtió en el proyecto “Dulces esperanzas”. “Al principio hicimos mermeladas de naranja, y después también de frutillas”, comenta Leonel, uno de los alumnos de sexto. Cerca de él, sus compañeros Clarita e Iván cuentan que esta última fruta fue más fácil de manejar para hacer el dulce. “Y también más rica”, comentan a coro.
La meta de juntar fondos gracias a los productos caseros de los chicos convocó a docentes y padres. Pero también movilizó a los vecinos de la Escuela 6.430. Como el caso de la congregación de monjas que se encuentra lindera a la escuela, que se ofreció a sumarse a la propuesta ofreciéndose a vender los productos a la salida de la misa. O cómo el de un grupo de padres, quienes desde el taller de computación para adultos que se dicta en la institución confeccionaron las etiquetas de los frascos.
Así llegaron al día señalado, cuando a mediados de noviembre viajaron a la localidad entrerriana con sus docentes, y gracias también al aporte de un particular que permitió completar los costos del viaje. En Victoria visitaron la plaza, la abadía y diversas atracciones turísticas. Aunque entre las cosas que más les sorprendió fue el almuerzo en un restaurant del lugar. Las anécdotas cobran vida en boca de los chicos de la escuela de zona sur. Como el encuentro con un ex docente universitario, quien al ver el buen comportamiento que los chicos mostraron en la casa de comidas, les obsequió gaseosas.
Apasionados con un proyecto que, más allá del resultado final del cruce del puente, les permitió sentirse “orgullosos de aprender a trabajar en equipo”, las docentes remarcan la posibilidad de que, con esfuerzo pero sin perder la diversión, los alumnos pueden realizar algunos sueños desde iniciativasconcretas que los tienen como protagonistas principales.
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Fotos
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Los alumnos junto a algunos de los productos elaborados.
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