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viernes,
07 de
diciembre de
2007 |
Crecen las presiones sobre Bachelet
Santiago.— El debilitado gobierno de la presidenta chilena, Michelle Bachelet, se encuentra ante otra crisis. Según analistas, la sorpresiva renuncia de su portavoz, Ricardo Lagos Weber, podría ser la antesala de una mayor cirugía en su gabinete, de cara a la segunda mitad de su mandato.
En momentos en que atraviesa por una marcada baja en su popularidad, Bachelet podría aprestarse a realizar nuevos ajustes ministeriales antes de los comicios municipales del próximo año, la votación de reformas clave en el Congreso y las elecciones presidenciales de 2009.
La mandataria tomó ayer juramento como nuevo vocero de su gobierno al ex ministro Francisco Vidal, hombre fuerte del otrora presidente Ricardo Lagos. El ingreso de Vidal supone para Bachelet mantener la alianza con Lagos, su predecesor y ex superior, pero también la obliga a romper su promesa de campaña de llevar al gobierno “rostros nuevos”.
La decisión implica además un reconocimiento de las debilidades del gobierno en materia comunicacional.
Vidal asumió en reemplazo de Ricardo Lagos Weber, hijo del ex mandatario. Según se informó, el cambio fue motivado tanto por las aspiraciones de Lagos Weber de postularse al Senado, como por el deseo de su padre de volver al poder en 2009.
Por su parte, el presidente del opositor y derechista Renovación Nacional, Carlos Larraín, advirtió que la llegada de Vidal supone el regreso al gobierno de un avezado operador e “interventor” electoral.
Los cambios ministeriales buscan, ante todo, potenciar al gobierno de cara a las elecciones municipales de 2008. Hoy la popularidad de Bachelet bordea el 40%, unos 20 puntos porcentuales menos que en los inicios de su gestión.
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