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 sábado, 17 de noviembre de 2007  
Los vecinos del Fonavi de Parquefield se hicieron oir

Leo Graciarena / La Capital

Unos 200 vecinos se congregaron anoche frente a la comisaría 30ª, en el barrio Fonavi Parquefield II para pedir justicia por el crimen de Juan Andrés Casú y reclamar una solución a la inseguridad que dicen vivir a diario. La gente pidió “más presencia policial” y denunció “cierta displicencia” en el trato de los vigilantes ante el vecino común. “Yo viví 21 años en este barrio y nunca lo vi tan desastroso como ahora”, dijo Noelia, la hija del hombre fallecido el lunes tras ser agredido a golpes cuatro días antes por una banda que atemoriza al barrio. “Lo único que les puedo decir es que esta comisaría no tiene connivencia con nadie”, fue la respuesta del comisario Darío Espinoza, de la 30ª.

   Fue una manifestación popular donde se mezclaron muchas cosas. La muerte de Juan Andrés Casú, el hombre de 68 años que estaba acostumbrado a pagar peaje a un grupo de muchachos que se junta en el barrio y que terminó salvajemente golpeado, sirvió como un disparador que movilizó al vecindario del Fonavi y su entorno. Pero también la gente se nucleó para tratar de buscar respuestas a uno de los males de una ciudad cada vez más plagada de pibes sin presente, sin futuro y jaqueados por la droga.



El reclamo. Los vecinos se congregaron en el ingreso al monoblock 55, en Manuel García al 1800, donde vivía Casú. Con la bronca y las palabras contenidas, peregrinaron con velas los 300 metros que separan ese punto de la seccional del barrio. Estaban todos. El vecino común, la doña que andaba haciendo las compras y los pastores evangélicos que trabajan con pibes en situación de riesgo del barrio. Había sí una ausencia notoria. No había representantes políticos.

   En la puerta de la 30ª recibieron a los vecinos el titular de la seccional, Darío Espinoza, y el Inspector de la 5ª Zona, comisario Anselmo D’Amelio. Ellos fueron quienes dieron las explicaciones de parte del Estado, ese conjunto de instituciones que en el Fonavi parece en pleno repliegue.

   “Les agradezco con el alma que recuerden a mi papá. Les hablo desde el dolor y les pido que el reclamo sea pacífico. No quiero que peleen entre ustedes porque mi papá, que fue un hombre que dejó huellas, no se lo merecería”, dijo Noelia. Ella fue la que marcó la cancha con consignas pacíficas.



Aquí no se “arregla”. En tanto, el comisario Espinoza explicó que “el caso Casú es muy específico. No sabemos si lo golpearon en su casa o afuera. Lo que necesitamos son testimonios, que den la cara”. Después todo se concentró en el reclamo de inseguridad y de una atención displicente de ciertos policías. “Esos pibes (por los jóvenes apuntados como problema por los vecinos) andan diciendo que son los dueños del barrio y de la comisaría”, gritó una mujer mayor y enseguida encontró eco. “Acá no se arregla nada con nadie”, respondió el comisario. Seguramente esta fue la primera de muchas reuniones en por de una solución para el Fonavi Parquefield II. l
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