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sábado,
17 de
noviembre de
2007 |
Hechos
miserables
En relación a los alumnos del colegio Superior de Rosario que realizaron hechos vergonzozos en dicha entidad, creo muy conveniente las decisiones del consejo educativo en relación a las penas a aplicar. Actualmente son moneda común estas acciones de los alumnos, ya sean roturas de bancos, escritorios, pintadas generalizadas, etcétera. En la sociedad en la que vivimos creo que necesitamos penas de ese tipo y dejar de ser tan benévolos a la hora de sancionar las acciones punibles o del tipo que cometieron estos individuos. Actualmente la justicia en todos los ámbitos se encuentra deslucida por la falta o inexistencia de sanciones correctivas, sino seguramente no estaríamos frente a estos hechos completamente miserables. La escuela debe ser no sólo un lugar de aprendizaje y/o adiestramiento, sino un lugar de nutrimento de valores morales y donde se debatan los valores individuales y solidarios. Si los superiores o quienes nos dirigen no son capaces de poner límites a este tipo de acciones, quedaremos seguramente desprotegidos de no sólo este tipo de hechos, sino de hechos más graves. Hasta aquí, el sistema en el que vivimos dejó de ser liberal, y pasó a convertirse en un libertinaje inmoral y corrupto, debido a la falta de justicia, moral y solidaridad social. Señores directivos del Superior de Comercio de Rosario, es hora de poner la piedra basal de un nuevo sistema: el de la justicia y la moral. Tal vez ello pueda repercutir en todas las organizaciones, ya sean administrativas, de justicia o educativas. La ley existe, hagámosla cumplir. A tal hecho, tal pena. Premisa fundamental de todo Estado de derecho.
Alberto A. Robles
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