Yo Creo

“Las razones de un aplauso sostenido”

El estreno de “Esperando la carroza” en el teatro La Comedia fue algo sorprendente, y tal vez un indicio para pensar en la creación de una postergada Comedia Rosarina. Desde un buen tiempo antes de 1983, y sobre todo en un pico que se manifestó durante algunos años después, la sala conoció momentos de superpoblación de espectadores, largas temporadas y localidades agotadas. Como fue el caso del domingo pasado. Las plateas baja y alta, como el público que se ubicó en los palcos aplaudiendo de pie, fue como un viaje inesperado a una de las mejores épocas del país, esa en la que una generación empezaba a saborear un plato que sólo conocía de nombre, la democracia. A la salida, una breve escena familiar: una madre explicándole estas cosas a su hija casi adolescente. La nena quería saber quién era Mamá Cora, qué significaba todo aquel entusiasmo, sobre todo porque el reconocimiento del personaje, esa anciana en torno al cual gira la obra, le llegaba por primera vez en vivo y no por televisión. Si bien es probable que una parte del público estuviese involucrada de una forma u otra en la propuesta vía familiar o institucional, el recibimiento fue alentador. Que las cosas hayan sucedido así en un lugar como La Comedia es tal vez otro signo a favor para poner en primer plano un repertorio de teatro clásico argentino, tal como podría suceder, y por tratarse de un lugar ligado a autores emblemáticos como Florencio Sánchez, que inauguró el teatro a principios del siglo pasado con “Canillita”, y que fue sede de compañías que trajeron a Rosario géneros populares como la zarzuela o el grotesco. Después de un breve tiempo en el que el espacio languideció como cine y otro en el que daba pena pasar por la cortada Ricardone y ver el lugar abandonado, la respuesta que tuvo “Esperando la carroza”, que subirá a escena todos los domingos, es una muy buena noticia para el teatro, pero también para los rosarinos y para una ciudad que aspira a ser un destino turístico.