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sábado,
20 de
octubre de
2007 |
Un espacio para crear y jugar
La Escuela Municipal de Artes Plásticas Manuel Musto ofrece talleres para chicos y grandes
Espacio de expresión artística para todas las edades. Niños, jóvenes y adultos se dan cita una vez por semana en los talleres de creación de la Escuela Municipal de Artes Plásticas Manuel Musto, para participar de las diversas propuestas que brinda la escuela.
Donada al morir por el pintor rosarino Manuel Musto, el inmueble de Sanchez de Bustamante 129 es ahora el espacio al que asisten cerca de 650 alumnos. Crear, jugar y sobre todo incorporar “herramientas para poder expresarse” son las claves que el director de la escuela, Daniel Andrino, destaca como alguno de los ejes que convocan a quienes se acercan a la Musto a formar parte de este espacio para chicos y grandes.
Si bien el número de alumnos es inferior a los casi 900 de ciclos anteriores, desde la institución aclaran que la baja se explica sobre todo a que varios lugares de la escuela estuvieron afectados en los últimos tiempos a tareas de reparación
Es que para el director de la institución, la procedencia geográfica y social no es un impedimento para los que quieren ser parte de los talleres de la escuela de artes plásticas.
De un año de duración, el taller infantil de escuela de arte de Saladillo está dirigido a chicos de 4 a 11 años, mientras que los niños de 12 a 15 años conforman otro grupo. Divididos en tres turnos diarios, a estos talleres asisten alrededor de 300 alumnos, que reciben conocimientos de dibujo, escultura, grabado, cerámica, pintura, técnicas audiovisuales y títeres, entre otros. Además, la escuela dicta cursos de 3 años en áreas como dibujo, escultura, pintura, color, cerámica, alfarería en torno, diseño y construcción, artesanías y juguetería. También en fotografía, grabado, historia del arte, litografía y offset, y heliocopia y serigrafía.
“Muchos jóvenes se inscriben a estos cursos para complementar sus carreras de diseño o en Bellas Artes, por ejemplo”, destaca el director de la Musto. En cuanto a los más grandes, afirma que participan de los talleres adultos que, tras realizar sus actividades familiares, se plantean el abordaje del arte como “una nueva oportunidad para expresarse”.
Tal como explica Andrino, quien además se encarga del curso de historia del arte en la institución, “la escuela funciona con la modalidad de taller, con lo cual no hace falta estudios previos, solamente ganas y la disponibilidad horaria”.
Además de las actividades cotidianas que se desarrollan en las aulas de las institución de zona sur, los miembros de la escuela de artes realizan en distintos barrios de la ciudad muestras y murales, para establecer vínculos con otras instituciones de la comunidad.
Entre ellas se destaca la muestra que año tras año sirve para hacer públicos los trabajos realizados en los talleres infantiles, preadolescentes y adolescentes de la Musto. Y que por estos días puede visitarse en el Centro Cultural Bernardino Rivadavia (ver aparte). Junto con esta actividad la institución organiza pintadas de murales, como los que se pueden ver en el Anfiteatro municipal, en la plaza de la Merced o en el Incucai.
Pero como una manera de flexibilizar la asistencia a los talleres para adultos, sobre todo ante ciertos niveles de deserción registrados en el último año de los diferentes cursos, la escuela Musto se encuentra por estos días en una reestructuración de sus planes de estudio. Los talleres, como ya funcionan los de fotografía, serán de dos años, y luego se complementarán con seminarios de medio año.
Para Andrino la experiencia de la escuela es única, sobre todo porque a diferencia de quienes, por ejemplo, cursan estudios superiores de arte en universidades, en la Musto “existe un contrato que excede al título de licenciado o profesor. Como acá el título es de capacitación, la experiencia se hace mucho más genuina, la gente llega porque tiene una necesidad de expresarse. Y las técnicas y herramientas que acá aprenden son para que puedan volcar lo que sienten”.
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Fotos
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Los talleres infantiles de la escuela Musto convocan a unos 300 niños en sus distintos espacios.
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