Después de reclamar por 30 años, llegó la bibliotecaria

Después de reclamar por más de 30 años, llegó el cargo de bibliotecaria a la Escuela Nº 825 Leopoldo Herrera de Rosario. Noemí Giorgetti es la flamante responsable.

Se muestra contenta con el nuevo puesto y en especial porque su llegada coincidió con la inauguración de la biblioteca escolar. Asegura que la sala de lectura y estudio amplía las posibilidades de acceder a los libros a los chicos, una cuestión esencial para pensar en la formación integral.

“Los más chicos van a la biblioteca popular del barrio si los llevan los padres o un adulto, y eso no siempre ocurre, por eso es importante que ahora todos puedan ser parte de la biblioteca”, dice Noemí Giorgetti.

También tiene su mirada crítica hacia las distintas leyes de educación que han regido y rigen en la Argentina, al considerar que el “lugar de las bibliotecas y bibliotecarias siempre estuvieron desdibujados y con poco apoyo” de parte del Estado.

Mientras habla proyecta en voz alta las alternativas de trabajo para el nuevo espacio, de sumar más textos y cómo se incorporarán poco a poco los distintos cursos al contacto con los libros.



Ofertas de lectura

El primero en ingresar a la biblioteca es un grupo de chicos de 4º año de la EGB, que revisa los libros acomodados en los estantes y ya se anima a preguntar “cómo hay que hacer para llevarlos prestados”.

Entre esos nenes y nenas están Renzo Ruiz, de 10 años, Nicolás Campos y Julieta Reduello, de 11, y de Daniela Insaurralde y Micaela Pacheco, de 9. De una u otra forma, se turnan para hablar y acordar en que tenían ganas de conocer la biblioteca de su escuela y “saber qué ofrece para leer”.

El nuevo espacio está cuidado, es luminoso, está bellamente decorado y ofrece las comodidades necesarias para que los chicos del barrio de Casiano Casas al 1000 disfruten de la lectura.

La directora Estela Niz y la vice Verónica Olmedo no paran de dar detalles de cómo trabajaron para contar con una biblioteca para sus 876 alumnos, que van desde 1º a 9º años de la EGB.

“La escuela se fundó hace 71 años y que yo recuerde hace más de 30 años que se reiteraba el pedido de al menos un cargo de bibliotecaria. Felizmente llegó el 13 de agosto pasado”, dice Niz. En toda la provincia y durante el 2007 fueron 17 los cargos de bibliotecarios asignados a distintas escuelas provinciales por el Ministerio de Educación.

En realidad la ausencia de bibliotecarios y de profesores a cargo de las llamadas materias especiales (como música o dibujo) son una constante en las demandas de las escuelas.

Pero ahora la Escuela 825 tiene para disfrutar de su biblioteca y bibliotecaria. “La armamos con libros recibidos de donaciones, que nos llegaron a través del Piie (Programa Integral para la Igualdad Educativa), de particulares y de las editoriales”, remarcan las docentes y aseguran que miran atentas que los libros que lleguen a los estantes sean “buena literatura y propuestas de lectura de calidad para sus alumnos”.



Alfabetización integral

Aseguran que es un lugar indispensable para desarrollar un programa de alfabetización integral como el que sostiene el proyecto institucional de su escuela, y que no por casualidad nombraron: “La lectura es un puente hacia la vida”.

Recuerdan también que la inauguración de la sala estaba prevista para el 5 de octubre pasado, un hecho trágico —la muerte de Camila, una alumna del turno mañana— obligó a la escuela a posponer los festejos previstos.

Al cerrar la charla expresan los proyectos que les abre a la enseñanza y el aprendizaje la biblioteca recién inaugurada. Entre esas iniciativas figuran desde más talleres hasta trabajar en grupo en pequeñas tareas de estudio aprovechando la sala.

No es poco, en especial luego de esperar por más de 30 años que llegara una bibliotecaria a la escuela.

Noemí Giorgetti, la bibliotecaria de la Escuela Nº 825, también inauguró la biblioteca escolar.