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 lunes, 15 de octubre de 2007  
Cayó una banda familiar que se enriquecía quebrando empresas

Buenos Aires.- Una banda familiar que se enriquecía mandando a la quiebra a empresas de tejido y que está acusada de estafar a sus empleados y evadir al fisco por una cifra estimada en un millón de dólares fue desbaratada en un operativo realizado en localidades de la costa bonaerense y del resto del país.

Fuentes de la División Fraudes Bancarios del Departamento de Delitos Económicos de la Policía Federal indicaron que la organización estaba lideraba por un hombre, su mujer, su suegra, su madre y empleados de suma confianza.

Como resultado de 13 allanamientos fueron detenidas diez personas y se secuestraron en poder de los imputados gran cantidad de automóviles cero kilómetro o importados que, según la investigación, adquirían estafando a sus propios empleados.

La maniobra criminal, explicaron las fuentes, consistía en crear empresas dedicadas a la fabricación de pulóveres y otro tipo de tejidos de punto, las cuales luego de un corto período de tiempo cerraban por quiebra.

Según las fuentes, la organización volvía a crear otras firmas del mismo rubro, con otras razones sociales, con los mismos empleados de las empresas quebradas empadronados ante la Afip como monotributistas.

De esta manera, la banda seguía produciendo pulóveres y tejidos con los mismo empleados pero se ahorraba pagarles las cargas sociales.

Los voceros explicaron que además de llevar adelante el cierre de las empresas, el cabecilla de la banda se apoderaba de una gran parte del dinero de sus empleados, ya que operaba las tarjetas de débito de las cajas de ahorro que les obligaba abrir, dejándoles sólo el 10 por ciento del total de la cuenta.

El jefe de la banda llevaba adelante esa maniobra con el consentimiento de todos los empleados, quienes aceptaban como única esperanza de mantener la fuente laboral, sin darse cuenta que en realidad pasaban a formar parte de la maniobra criminal.

Según los voceros policiales, el líder de la banda implementaba la maniobra desde hacía casi cinco años y cada empresa que formaba tenía un mismo fin: su cierre y liquidación como si el negocio no fuera rentable, cuando en realidad le permitía obtener ganancias ilícitas por una cifra millonaria.

Los detectives de la División Fraudes Bancarios lograron desbaratar la organización luego de advertir los asiduos viajes que el cabecilla realizaba a distintos puntos turísticos del país famosos por la venta de pulóveres.

El centro de operaciones era la ciudad de Mar del Plata, pero la banda tenía “sucursales” o puntos de venta en otras zonas costeras como Pinamar, Villa Gesell, Miramar, Santa Teresita y en centros turísticos como Bariloche y San Martín de Los Andes y otras localidades de las provincias de Río Negro y Neuquén.

La causa está en manos del juez federal 1 de Mar del Plata, Alejandro Castellano, quien ordenó un total de 13 allanamientos simultáneos en casas, fábricas, y locales de venta, en los que se secuestraron documentación y elementos incriminatorios.

Durante los procedimientos se determinó que los líderes de la organización habían adquirido una variedad de lujosos bienes, entre ellos, automóviles importados últimos modelos del tipo 4x4, de marcas BMW, Grand Cherokee y Honda.

Según las fuentes, el jefe de la banda vive en una lujosa casa en el barrio Los Troncos, de Mar del Plata, y al momento de concretarse su detención, los agentes de Fraudes Bancarios pudieron detectar entre sus ropas, a la altura de la pierna derecha, una gran cantidad dinero en efectivo y cheques ocultos, producto del delito descubierto. (Télam)


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