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lunes,
15 de
octubre de
2007 |
Punto de gran valor
Javier Parenti / La Capital
Argentino empató pero ganó. Sumó un punto de gran valor. Sí, de los que sirven cuando se camina al crecimiento como equipo. De esos que se deben tomar como base de sustentación para animarse a ir por más. Lo conquistó defendiéndolo desde el principio al final, en cancha de Fénix, un buen equipo que apostó todo a ganador pero al que el salaíto despertó del sueño de ser puntero de la divisional.
A los 50 segundos, Casini vio la amarilla por una falta sobre Ruiz y esa jugada marcó la tendencia del juego de protagonismos. El de un conjunto que se volcaría ofensivamente para prevalecer a como dé lugar y otro del aguante firme, con paciencia para encontrar su momento de golpear.
Fénix fue, tiró todas las pelotas para adelante y obtuvo terreno. Apareció con chances de convertir una y cinco veces más, pero no tuvo contundencia, fortuna ni tranquilidad para llevar la pelota a la red del salaíto. Por eso dilapidó un cabezazo Malchiodi (2’) y Casini se la sacó de la línea a Neuspiller (9’). Pero lo más bravo fue entre los 35’ y 40’, cuando Esquivel, Neuspiller y Silva pelotearon pero la dejaron siempre en buenas manos, las de Santiago Fernández.
En ese momento, los hinchas locales alentaban a su equipo hacia la victoria porque los otros resultados de la jornada les otorgaban un panorama muy favorable. Pero Argentino no quería ser cómplice ni testigo de ambiciones ajenas.
“Si no entraron esas, no entra ninguna más”, desafió un salaíto camuflado en Pilar, graficando la esencia del trámite del juego. Dicho y hecho.
Es más, cuando a los 9’ del complemento ni el árbitro ni el línea se avivaron de la viveza de Canessa para disimular que le cometió penal a Ruiz ya quedaba claro que no era el día del equipo del rosarino Santángelo.
Argentino se la seguía bancando con determinación y a los 63’ soportó el último susto. Fue doble por remates de Ruiz y Gianabella que atajó Fernández.
Un par de minutos después, Argentino encontró un respiro. El entrenador Raggio metió a Palma y logró salida por izquierda, porque Canessa la ganó el mano a mano a Cachete Ruiz y sus compañeros del fondo rechazaron uno y otro pelotazo del local. A la vez el mediocampo hizo pie. En ese lapso la visita encontró más equilibrio.
Incluso, en cinco minutos la mano pudo cambiar. El salaíto tuvo dos clarísimas ocasiones para arribar al gol. En una Müller se lo perdió sólo frente a Ozafrán (72’) y en otra Juan Sánchez desvió su disparo apenas cruzado de izquierda a derecha (78’).
Hubiera sido demasiado premio para Argentino. Hubiero sido un resultadazo, claro que igual el punto le cayó más que bien. l
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