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lunes,
15 de
octubre de
2007 |
Un Código
Urbano integral
El debate y el conflicto entre quienes construyen edificios y nuestra Municipalidad no deja ver la verdadera razón de ser de las disposiciones que regulan las construcciones y la utilización de la tierra y los espacios públicos en nuestra ciudad. Las discusiones y las críticas por la altura de los edificios en la parte céntrica de Rosario es sólo una cuestión. No es que no sea importante, pero entendamos que ese problema está relacionado con los intereses en juego entre quienes quieren construir edificios en altura y los que deben proteger el crecimiento indiscriminado en el centro. Entendemos que el apropiamiento de las alturas urbanas debe estar regulado y que el tema debe resolverse. Pero más importante aún es el perfil que se debe establecer para que sea una ciudad donde toda la gente pueda vivir en armonía, en silencio, con espacios en los barrios para que los niños puedan jugar con mayor libertad, donde las calles se puedan cruzar con mayor seguridad y donde mayoritariamente sólo circulen los vecinos que los habitan. Los barrios, en general, deberían preservarse de la instalación de emprendimientos industriales y comerciales que agredan la vida cotidiana de los vecinos. Resulta urgente para Rosario una revisión en profundidad de la categorización actual de los diferentes distritos, de manera tal que lenta pero sistemáticamente, las fábricas, talleres, depósitos de materias primas y de productos instalados en los barrios se vayan trasladando a otros sectores especialmente habilitados y adecuados para esas actividades distintas de la vida doméstica. Creemos que el uso apropiado de la tierra en los distintos sectores de Rosario debería ser el eje central de las discusiones del nuevo Código Urbano.
Juan Carlos Hiba
LE 6.036.399
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