Camino a la Rosada. Alberto Rodríguez Saá dijo que la candidata oficial no supera el 31 por ciento de votos

“Sólo yo le puedo ganar a Cristina en segunda vuelta”

El candidato presidencial reveló que hay extrema preocupación en el gobierno nacional

Daniel Leñini / La Capital

El gobernador puntano, Alberto Rodríguez Saá, candidato a presidente por el Frejuli, señaló que en el gobierno nacional existe “preocupación” ya que hay encuestas (“que manejan las embajadas”, apuntó) que otorgan a la candidata oficialista Cristina Fernández de Kirchner solo “31 puntos con un techo, un máximo, de 35”, para las elecciones del 28 de octubre.

Rodríguez Saá, hermano de el Adolfo (ex presidente de la Nación) y pareja de la actriz Esther Goris, vino a Rosario a hacer campaña con un acto en la sala Luz y Fuerza. “A Rosario entramos muy a último momento, pero en diez días vamos a estar segundos, como en Córdoba”, declaró a La Capital.

Mientras se desarrollaba la entrevista, un llamado entró de Radio 10 y Rodríguez Saá salió hablando del clima, tema con el que varios medios y periodistas lo bromean. “Quienes vivimos en el campo no hablamos otra cosa que del tiempo y de la lluvia, y uno va adquiriendo esa cultura de saber si va a llover o no”, explica. “Y ayer, en un reportaje con Chiche Gelblung, me preguntó si iba a llover hoy. Los pronósticos eran que sí y yo dije que no. Y fue no: por eso ahora me volvió a llamar”.

—¿Y en qué elementos se basa?

—La gente de campo mira la luna (la luna nueva es más favorable a la lluvia), también el viento norte, el atardecer, las hormigas. No se sabe a quien creerle más, si a los pronosticadores o a la gente de campo.

—Las encuestas lo ubican cuarto. ¿Le preocupa?

—A las encuestas del gobierno la gente les cree menos que al Indec. A nosotros las encuestas nos dan bien, segundos o terceros, seguros de ser los que más crecemos. Acá en Rosario entramos muy a último momento, pero en diez días vamos a estar segundos, como en Córdoba. La Argentina está muy fragmentada, cada provincia es distinta a otra. El gobierno trata, a nivel general, de que perdure el clima de apatía, de que no se discuta y que la gente finalmente no vaya a votar. El plan se resume en dos palabras: resignación y pensamiento único. Ya lo describió hace tiempo Noam Chomsky.

—¿Y ustedes creen poder quebrarlo?

—Soy el verdadero contrincante de la candidata, de la mujer que hace campaña desde Nueva York. Tengo un programa absolutamente claro y mis latiguillos los terminan usando todos, como cuando dije que el 10 de diciembre voy a hacer una conferencia en la Casa Rosada, en un hecho verdaderamente revolucionario ya que este presidente las negó. Ahora todos repiten eso. Quiere decir que estoy liderando la oposición, por eso me siento muy seguro.

—¿Habrá segunda vuelta?

—La señora en las encuestas que manejan las embajadas (y por eso la preocupación del gobierno) figura con 31 puntos con un techo de 35. Si la gente percibe esto y no se deja engañar con las encuestas del gobierno, el final es abierto, podría aventurarse un acto democrático verdaderamente fantástico. Faltan 25 días todavía. Los focus group están señalando otro detalle. Que en los ensayos de la segunda vuelta si ella enfrenta a uno de los candidatos que no soy yo, gana ella; si enfrenta a otra de los candidatos, gana ella; pero si me enfrenta a mí, gano yo. Es decir, soy el único candidato que en una segunda vuelta le ganaría a la señora.

—¿Cuáles son los secretos del éxito de San Luis?

—Gestión para que los números sean los que son: desocupación entre uno y dos puntos, la más baja del país; construcción de 53.000 viviendas sobre 400.000 habitantes; contar con el 34 por ciento del total de las autopistas del país; récord en el resultado electoral con el 83,5 por ciento de los votos. Y son verdad y no mentira como el 5,8 por ciento anual de inflación del Indec. Una vergüenza que quieran hacer creer eso. La inflación es el mayor impuesto a los pobres.

Le doy un dato, la obra pública más grande que se inauguró en el país en el último año es la autopista que une Villa Mercedes con Merlo, hecha con el esfuerzo de la gente de San Luis. Tiene 176 kilómetros y costó un millón de pesos el kilómetro. En Mendoza, cuyo gobernador Julio Cobos es el compañero de fórmula de la señora, el kilómetro cuesta tres millones de pesos y la obra tarda tres veces más. En 3 de Febrero, el presidente Kirchner y el ministro De Vido harían una autovía de cuatro kilómetros a 82 millones de pesos. ¡20 millones de pesos el kilómetro! Y en Río Gallegos, la provincia del presidente, el kilómetro de autopista cuesta 26 millones de pesos. ¿Se dan cuenta cuál es el secreto de San Luis?