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 domingo, 07 de octubre de 2007  
Encuentran nicotina en los bebés de padres fumadores

El humo del tabaco impacta a adultos, niños y también a los bebés. Los chiquitos cuyos padres fuman excretan casi 6 veces más cotinina —un metabolito de la nicotina— en su orina, que los bebés cuyos padres no fuman, según lo revela un estudio publicado en la revista científica Archives of Disease in Childhood.

El doctor Mike Wailoo, autor del estudio, y un equipo de investigadores del Departamento de Salud Infantil de la Universidad de Leicester, Reino Unido, señalaron que la investigación se propuso como objetivo averiguar el nivel de transferencia de la cotinina a los bebés, ya que esta sustancia podría provocar daños en el sistema cardiorespiratorio.

Para la investigación seleccionaron a 104 bebés de 12 semanas de vida en promedio. “Del total, 71 bebés tenían padres fumadores”, indica el especialista. En 44 de las viviendas fumaban ambos padres; en 13 sólo fumaba la madre y en 14 el padre. En promedio cada padre fumaba 16 cigarrillos por día.

Los investigadores no sólo preguntaron a los padres sobre sus hábitos de fumar, sino que visitaron sus hogares para observarlos directamente. Algunas de las variables que tuvieron en cuenta en esas visitas fueron el tiempo de exposición al humo al que eran sometidos los bebés, la distancia que adoptaban los padres frente a ellos y el tipo de ventilación que había en las casas.

Paralelamente, obtuvieron muestras de orina de los bebés. Al analizarlas notaron que el nivel de concentración de cotinina era casi seis veces mayor en el grupo de bebés cuyos padres fumaban.

El neumonólogo Reynaldo Smith del Servicio de Cuidados Intensivos y de Medicina Respiratoria del Hospital Británico de Buenos Aires explicó que la cotinina es un metabolito no psicoactivo producto de la degradación hepática de la nicotina. “Se puede detectar en la sangre, en la saliva y también en la orina, y puede ser utilizado para determinar el grado de tabaquismo involuntario y de fumador activo”.

Los resultados del estudio también revelan que los bebés que dormían en la habitación de sus padres e incluso en la misma cama tenían más cotinina en su orina. Es posible que eso ocurra porque inhalan las partículas del humo acumuladas en objetos y en la ropa.

Wailoo coincide con los resultados de investigaciones previas que consideran que el sindrome de muerte súbita del lactante (SMSL) está asociado, entre otros factores, al tabaquismo. Este sindrome se caracteriza por la muerte inesperada de un bebé aparentemente normal cuya autopsia no ofrece evidencias que expliquen las causas.

Si bien la investigación de Wailoo estudia los efectos de la exposición al humo del tabaco ambiental en los bebés, Smith aclara que el SMSL está también asociado, entre otras posibles causas, a los efectos del tabaco durante la gestación: “Es muy difícil separar los efectos producidos por el tabaquismo materno durante el embarazo y los producidos por la exposición después de nacer, ya que las madres que fuman durante el embarazo continúan haciéndolo después del parto”.



Otras consecuencias



Entre las consecuencias del tabaquismo materno sobre el feto figuran la disminución de peso, alteraciones endocrinas, aumento de la mortalidad prenatal (aborto espontáneo, placenta previa) y nacimiento cronológico prematuro, daños neurológicos y disminución del crecimiento y la función pulmonar, entre otras. “En diversos estudios el asma infantil se ha asociado al tabaquismo fetal”, afirma el experto del Hospital Británico.

Así como hay leyes que liberan a los sectores públicos del humo, debería existir una legislación que proteja a los bebés. “Hay dificultades prácticas para prevenir el hábito del tabaco en las viviendas, ya que depende de la buena voluntad de los padres o de los que cuidan a los niños”, afirma el experto, y agrega: “Se precisan programas de educación que sirvan como estrategias para reducir el daño asociado al humo inhalado por los bebés”.
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