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domingo,
07 de
octubre de
2007 |
A resguardo de cualquier siniestro
La plataforma Sleipner tiene siempre un barco anclado al lado para rescatar a la tripulación de perforación en caso de emergencia. Esta medida se tomó tras el más grave accidente ocurrido en los casi 40 años de historia de extracción de gas de Noruega.
El 27 de marzo de 1980 se derrumbó la plataforma petrolífera Alexander L. Kielland, causando la muerte de 123 personas. No había ningún barco cerca para rescatar al personal y la tormenta impedía la llegada de helicópteros. Ochenta y nueve personas sobrevivieron al accidente.
La Sleipner A tuvo suerte en la desgracia. Sus cuatro pilares de hormigón se desmoronaron en 1991, antes de que el coloso fuera llevado desde el astillero a su sitio de trabajo en el mar.
“Una mañana simplemente habían desaparecido”, recuerda un ingeniero de perforación. Nadie resultó herido. La plataforma fue elevada y dotada de cuatro “piernas” nuevas.
En base a esta historia, recibió el nombre del caballo de ocho patas del dios Odín. Ocho barcos llevaron a la fábrica flotante hasta su lugar actual, donde está anclada al lecho marino, decenas de metros sobre el Mar del Norte.
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