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miércoles,
26 de
septiembre de
2007 |
Apenas un pasito
Central Córdoba sigue sin ganar
Elbio Evangeliste / La Capital
Los pasos a los que Central Córdoba hace uso en busca de su recuperación futbolística no terminan siendo tales, sino apenas pasitos. Si de la desteñida puesta en escena del sábado ante Comunicaciones a la de ayer aparece sólo una mejor actitud (muchos jugadores resaltaron ese aspecto), es evidente que en algo se cambió, pero esa mejoría lejos está de proyectar el ideal de equipo. Ayer quedó demostrado que corriendo y metiendo, los problemas, generalmente, sólo se resuelven de manera parcial. La cuota de fútbol que le faltó al charrúa se vio reflejada en el resultado (1-1) ante un rústico y utilitario Temperley.
A esta altura parece tedioso cargar las tintas sobre lo mismo, pero la aclaración es impostergable: Córdoba volvió a jugar sin Pablo Bezombe. Que influya —directa o indirectamente— es parte del análisis fino y más de fondo, pero de lo que no quedan dudas es que al Matador le está costando horrores convencerse de que puede pelear con armas que lejos están de ser las ideales.
Sólo un arranque que invitó a la emoción fue lo que ofreció el charrúa. Arrimarse al arco de Medina (a los 9’ reemplazó a Mendoza) no era imposible, pero el tema era la forma en que se hacía. Así, cuando los pelotazos perdieron efectividad ya no fue más lo mismo.
Los claros y marcados inconvenientes a la hora de la generación de juego fueron minando las ilusiones, aunque en el medio del desconcierto apareció el cabezazo de Jorge Del Bono tras el córner, el rebote en el palo y la entrada solitaria de Pierani (41’) para poner arriba al charrúa.
La falta de confianza que azota hoy al equipo es tal que —teniendo en cuenta lo poquito que Temperley había mostrado en el primer tiempo— le fue imposible manejar la situación. Porque el grosero error de Canuto no tardó en llegar (5’ del complemento) y todo volvió a foja cero luego de que Ratto estampara el 1 a 1.
A partir de allí se vio lo peor de Córdoba. Un equipo que intentó ir hacia adelante, incluso cuando estuvo con uno menos (31’ del segundo tiempo) por la expulsión de Acosta, pero yendo vacío de ideas. Por eso, la apuesta de tres delanteros terminó siendo estéril, sobre todo porque quien salió fue Bertollo (terminó con ambos aductores contracturados), en ese momento el único capaz de asistirlos.
Otros puntos que evidenciaron falencias y desatenciones (futbolísticas y tácticas) hicieron que el gol anulado a Jorge Del Bono (57’, por off side) y el supuesto penal tras el zapatazo de Marcos del Bono (90’ dio en la mano de un defensor de Temperley) pasaran a un segundo plano. El análisis (también lo hicieron los hinchas) es que de esta forma el camino que conduce a la victoria se hará demasiado difícil de transitar. Más aún de a pequeños pasitos.
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