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lunes,
24 de
septiembre de
2007 |
Passarella se retiró insultado
El entrenador de River, Daniel Passarella reconoció ayer la superioridad y el merecimiento de Tigre en la goleada por 4 a 1 que sufrió su equipo, se lamentó por la lesión de Alexis Sánchez y se mostró esperanzado en recuperar el nivel de juego. Mientras que la hinchada de River despidió al Káiser con insultos y reclamos de renuncia.
Passarella se abstuvo de opinar sobre el arbitraje de Saúl Laverni, aunque mencionó que el segundo gol, de Matías Giménez, fue con la mano.
“En el primer tiempo Tigre jugó mejor y en el segundo lo emparejamos un poco. Sufrimos dos situaciones muy complicadas, una la lesión de Sánchez y la otra el segundo gol que fue ilícito”, enumeró Passarella, quien insistió que “fueron dos golpes muy duros”. Asimismo, aclaró que con sus palabras no intentó “desmerecer la victoria de Tigre, que jugó muy bien y nos tapó a hombres fundamentales”.
A su vez, la hinchada de River despidió con insultos y reclamos de renuncia al entrenador Daniel Passarella. La barra se aferró a aquella antigua confesión del Káiser de que de chico era hincha de Boca para saludar ácidamente al técnico consumada la nueva caída de visitante, que alejó a River de la punta. Los hinchas riverplatenses dejaron Victoria custodiados por la policía bonaerense. l
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