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 miércoles, 19 de septiembre de 2007  
River cayó ante Botafogo y sigue padeciendo el estigma brasileño

Río de Janeiro.- River Plate volvió a perder en una tierra inaccesible como Brasil, esta vez ante Botafogo, que volvía a una competencia internacional después de 11 años, apenas por 1 a 0 y mereciendo mejor suerte, pero al no convertir como visitante puso en riesgo su porvenir en esta Copa Sudamericana en la que hoy debutó en octavos de final.

El planteo ofensivo propuesto por River, con un 4-3-3 muy audaz para implementarlo en un campo brasileño, hizo agua muy rápidamente, porque pese a contar con tres delanteros netos nunca pateó al arco en el primer tiempo.

Es que para tener tres atacantes hay que contar con quien los abastezca, y de eso hoy River careció absolutamente, porque sin un socio como por ejemplo Ariel Ortega a su lado, Fernando Belluschi ya demostró que le cuesta mucho manejar los hilos del equipo.

Por eso los brasileños resolvieron rápidamente ese problema, anulando al ex Newell's simplemente con doblarle la marca y arrinconarlo contra los costados.

Entonces el que tomó la posta de Belluschi, o al menos lo intentó, fue su ex compañero en el club rosarino Leonardo Ponzio, claro que con menos manejo y panorama propio, pese a su privilegiada ubicación como volante central.

Por eso de a poco los locales comenzaron a adueñarse del balón y lo manejaron sin contratiempos ni oposición, porque River no tenía marca en la mitad de la cancha.

De esta manera los cariocas vieron disimuladas sus flaquezas defensivas y pudieron potenciar sus virtudes ofensivas, empezando por un mediocampo en el que sobresalía claramente el moreno Ze Roberto, en tanto el experimentado Dodó era una constante luz de alarma para la última línea riverplatense.

Primero llegó un centro cruzado y bajo desde la izquierda que el retornado arquero Juan Pablo Carrizo resolvió con solvencia, luego se “durmió” Nicolás Sánchez saliendo desde el fondo con pelota al pie y Guerreiro terminó estrellando el balón en el poste derecho.

Las aproximaciones de los locales continuaron, hasta que sobre la hora Joilson recibió sobre la derecha, a unos 25 metros del arco millonario, y con un espectacular remate con la pierna diestra clavó el balón en el ángulo, superando la estirada de Carrizo.

Esto obligó a que Daniel Passarella apurara un par de modificaciones para el complemento, con lo que procuró solucionar la falta de juego que tenía River en el medio.

Así ingresaron Sixto Peralta y Matías Abelairas, perdiendo su lugar René Lima y Marco Ruben. Con esto el equipo argentino consiguió el primer objetivo, que fue el de manejar mejor la pelota. Pero lo faltaba recuperarla.

Para esa segunda meta y luego de advertir que Ze Roberto seguía moviéndose a sus anchas, Passarella sacó de la cancha al juvenil Emanuel Martínez e hizo ingresar a Oscar Ahumada, pasando Ponzio más a la derecha.

Y con esto estuvo completo River para buscar una paridad a la que se fue haciendo paulatinamente acreedor, porque jugó la mayor parte del segundo período en proximidades del área de Botafogo, creando un par de opciones muy favorables como para igualar.

Una buena acción personal del chileno Alexis Sánchez que conjuró el arquero Max y un tiro libre de Abelairas desde la medialuna que rozó en la barrera, fueron acciones que acercaron a River a una paridad que no hubieraq resultado descabellada.

Pero como no acertó en la puntada final, el equipo de Passarella debió conformarse con una derrota por la mínima diferencia que, sin embargo, por terminar sin goles a favor y con la ventaja que significa la conversión de visitante, abren un interrogante respecto de su futuro en el certamen.

Esto se resolverá el próximo jueves en el Monumental, cuando desde las 20.15 se juegue la revancha de este partido que, por lo expuesto, River no mereció perder. Aunque con eso no le alcanza para estar relativamente tranquilo. (Télam)


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