|
miércoles,
19 de
septiembre de
2007 |
Amagó y se quedó
Tras un arranque aceptable, Central Córdoba se desinfló y Morón no lo perdonó
Elbio Evangeliste / Ovación
Hay circunstancias en las que se pone a prueba el temple de un equipo. Ayer Central Córdoba tuvo enfrente una de ellas y no supo aprovecharla, aunque lo correcto sería decir que no pudo. Sobre todo porque Morón, uno de los equipos con más oficio de la categoría, no tuvo una gran noche. Igual, la victoria por 2 a 0 terminó siendo justa, pese a que antes de comenzar a gestarla, el Gallito naufragó en la intrascendencia al igual que el charrúa.
La inteligencia con la que Córdoba comenzó a moverse fue clave. De esa forma al equipo de Tablada le fue relativamente sencillo maniatar a un Morón al que se le hacía difícil hacer pie en el partido. Desde la solidez en el fondo, el Matador se las ingeniaba para hacerle frente a uno de los principales animadores del torneo.
A esa sobriedad, el charrúa le sumaba buen trato de balón del medio hacia adelante, pero la falta de peso en ofensiva obraron en su contra. Es que la pelota, que pasaba inexorablemente por los pies de Bezombe, llegaba limpia hasta tres cuartos, pero de allí en más todo se diluía. Pese a ello, Canuto lo tuvo a los 11’ pero su remate se fue desviado; algo similar le sucedió a Jorge Del Bono, quien no logró entrarle bien de cabeza tras un centro de Canuto desde la izquierda, y ni hablar de lo que desperdició Raschetti Sánchez (su disparo no fue centro ni tiro al arco) luego de que Bezombe lo habilitara a la perfección.
Del otro lado, Morón hacía lo que podía. Poco por cierto. Apenas una arremetida de Akerman por izquierda (la pelota recorrió la línea) y un remate de Casado que Santilli alcanzó a manotear, fueron las aproximaciones.
Parecía una chance propicia para torcerle el brazo a peso pesado. Pero tras la vuelta de los vestuarios las ideas mermaron en gran forma. La ausencia de Bezombe (lo probaron antes del partido por una contractura en el aductor) sin dudas influyó, pero a esta altura Córdoba debería contar con las herramientas necesarias como para afrontar este tipo de adversidades. Igual, ese no fue el único detonante de la derrota.
Es más, si Casado no hubiera acertado como lo hizo (de manera magistral) de tiro libre, a los 31’ del complemento, seguramente Morón se hubiera llevado sólo un punto, pero después de esa sutileza ya nada fue igual. El andar de un equipo con muchos jugadores de experiencia, sumado a la desesperación de Córdoba, que iba con ganas pero sin ideas claras, comenzaron a teñir de justa la ventaja a favor del Gallito.
En medio de ese desconcierto, los huecos defensivos de parte del local no tardaron en llegar y el oportunismo de Morón tampoco. La corrida de Falcsuk (cuando entró complicó) y la definición en soledad de Akerman sobre el cierre terminaron de enterrar las aspiraciones de un Córdoba que amagó más de lo que jugó, pero que pagó caro el haberse quedado sin resto. l
enviar nota por e-mail
|
|
Fotos
|
|
Al ataque. El delantero charrúa Julio Montedoro maniobra ante la marca de Sergio Luque.
|
|
|