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 miércoles, 19 de septiembre de 2007  
El conflicto bélico se privatiza en Irak

Kazem al Akabi / DPA

Bagdad. — Las compañías privadas de seguridad que operan en Irak —en el ojo de la tormenta por una matanza de civiles— están combatiendo en una guerra paralela que pasa desapercibida ante los medios, y en la que sufren y causan numerosas muertes. Todo eso, fuera del ojo público y al margen de las leyes iraquíes. El creciente sector de la seguridad privada, principalmente en manos extranjeras, proporciona empleo a al menos 25.000 personas de países como Sudáfrica, Reino Unido y Brasil.

   Las compañías extranjeras, como Blackwater USA, son en gran medida contratadas por el Ejército estadounidense en Irak para compensar la escasez de tropas. Su tarea es combatir a los insurgentes en una lucha paralela, sobre todo en Bagdad.



Protección personal. Además, las empresas extranjeras también son contratadas para proporcionar protección a personas con cargos muy importantes —como el embajador estadounidense en Irak, Ryan Crocker—, vigilar las instalaciones del Ejército norteamericano y escoltar los convoyes que transportan material militar para las tropas y la policía iraquí.

   Sin embargo, las compañías privadas iraquíes realizan servicios de menor nivel, como proporcionar guardaespaldas privados y protección de empresas y bancos. Sus trabajadores son principalmente antiguos miembros del Ejército y la policía iraquí que no lograron integrarse en las fuerzas de seguridad actuales.

   Ahora el Parlamento está analizando una propuesta de ley para compensar a las víctimas de la violencia perpetrada por estas empresas. Las autoridades iraquíes retiraron la licencia a Blackwater tras un tiroteo que el domingo causó la muerte a 11 civiles. El incidente del domingo se produjo tras la explosión de un coche bomba en un barrio de Bagdad. Los agentes privados de Blackwater abrieron fuego, en una aparente reacción a las explosiones. Estados Unidos e Irak iniciaron una investigación sobre el caso.

   Para algunos funcionarios estadounidenses, la mayoría de las empresas de seguridad operan al margen de la ley debido a los retrasos y la corrupción en la burocracia iraquí. Los contratistas de compañías sufren ataques diariamente, que a veces causan la muerte y, sin embargo, no salen a la luz.

   Mientras, la amplia publicidad que se dio al tiroteo del domingo sigue elevando la alarma en todo Irak. Para el funcionario iraquí Salim Muhamad, “el deterioro de la situación de seguridad en el país se caracteriza principalmente por la amplia presencia de empresas privadas extranjeras que esconden entre sus filas a cientos de criminales y mercenarios llegados al país para proporcionar protección a las tropas estadounidenses y al gobierno iraquí”. l
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