|
miércoles,
19 de
septiembre de
2007 |
Clínicas y sanatorios piden un 30% de suba arancelaria
La Asociación de Clínicas y Sanatorios, entidad que nuclea a los efectores privados de la ciudad, advirtió que ante el incremento de los costos operativos, se actualizarán los aranceles en un 30 por ciento a partir del 1º de octubre. La cuenta regresiva se activó ante la brecha entre los aumentos salariales y la canasta de insumos hospitalarios; y la desactualización de los honorarios que recibe la entidad de las obras sociales sindicales y empresas prepagas. De no prosperar una recomposición del desfasaje, los sanatorios se verán obligados a facturarle al paciente este porcentaje por cada prestación médica.
Según explicó a La Capital, el titular de la salud privada local, Rodrigo Sánchez Almeyra, “desde 2001, todas las recomposiciones arancelarias fueron inferiores al aumento de costos, con lo cual la brecha registrada desde entonces alcanzó el 50 por ciento”.
El directivo expuso algunos números del sector que resultan elocuentes y reflejan este porcentaje general. “No estamos diciendo que las empresas de medicina se quedan con nuestro dinero. Hay una realidad para nuestro sector que implicó, desde la salida de la convertibilidad hasta el momento, otorgar aumentos de sueldos a los profesionales de la salud de un 242 por ciento”, esgrimió Sánchez Almeyra.
Eso no es todo. Los costos generales en el sostenimiento de los servicios privados aumentaron un 180 por ciento, entre las subas en medicamentos, insumos hospitalarios y servicios que componen la canasta sanitaria.
Condición crítica. Frente a todo, la Asociación de Clínicas advirtió que el plazo de espera expirará el 1º de octubre. “Pedimos un 30 por ciento, pese a que el desfasaje es del 50 por ciento y esto no implica que en 2008 se evalúe una nueva solicitud frente a esta crítica situación”, indicó el profesional.
“Necesitamos un reajuste, porque las prepagas aumentaron mucho más (en el orden de un 20 a un 80 por ciento) que los aranceles médicos. No está planteado como un tironeo o un apriete, sino como la imperiosa necesidad de sostener la calidad en la atención médica”, enfatizó Sánchez Almeyra. Un tiempo de descuento que también le cabe a las obras sociales sindicales.
Prestación garantizada. La advertencia no implica corte de servicio o lock out sanatorial, pero sí la resolución de esta “inequitativa distribución de los ingresos” por dos caminos distintos.
O pagan las empresas y las obras sociales la diferencia que asfixia a las clínicas privadas, o bien el paciente pondrá el 30 por ciento de su bolsillo, por encima de lo establecido por cada prestación. Si es así, ese aumento se le cobrará al afiliado.
enviar nota por e-mail
|
|
|