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miércoles,
19 de
septiembre de
2007 |
Cacerolas para los jubilados
Tengo 62 años, soy jubilada y hace años tuve que pelear con un enemigo que no veía, pero sabía que estaba: un tumor ocular. No fue fácil, sólo sé que fueron muchas las noches y los días que luché para poder seguir adelante y aceptar este gran cambio que se avecinaba en mi vida. Hoy no sé cómo defenderme de esta situación que me toca vivir, es que no conozco al enemigo. Parece mentira, luchar para seguir viviendo y existe alguien que no me deja. Siento dolor, rabia, impotencia, pena y mucha tristeza. Tanta que por momentos me oprimen el pecho; pienso también en la cantidad de jubilados que sentirán lo mismo. Y por más que trate de buscar respuestas a las preguntas que me hago no logro encontrarlas: ¿cómo se vive con 643 pesos? ¿Por qué la ley no nos deja seguir trabajando? ¿Por qué no nos pagan el 82% que nos corresponde? ¿Por qué nos condenan a vivir, sin poder vivir? ¿Es beneficioso o no jubilarse? Al profesional, al estudiante, al empresario, al trabajador, les pregunto si serían capaces de golpear las cacerolas para que los jubilados de este país vivan dignamente, y nos ayuden a reclamar por una jubilación digna. Ojalá exista ese día.
Rosalía Conde, LC 5.989.033
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