Derechos de la niñez

Una infancia con más tiempo para jugar

Según un estudio global el 63% de las madres del mundo cree que sus hijos están siendo privados de su niñez, mientras que el 79% coincide en que ha sido olvidada la importancia que tiene que los niños descubran el mundo por sí mismos. Los datos fueron presentados en el marco del primer encuentro abierto a la comunidad por una niñez orientada al juego y la experiencia, llevado a cabo en el Centro Cultural Borges de Buenos Aires, auspiciado por la marca Ala de Unilever.

La investigación fue conducida por los doctores Jerome y Dorothy Singer del departamento de Psicología de la Universidad de Yale, quienes indagaron acerca de las perspectivas en cuanto al aprendizaje de los niños a través de la vivencia de sus propias experiencias.



Deseos y preocupaciones

El estudio “Dar a nuestros niños el derecho a ser niños”, que incluye a madres de Argentina, arroja datos diferenciales sobre los deseos y las preocupaciones de la niñez moderna y los desafíos que presenta. Según las madres consultadas, los chicos están perdiendo el derecho a ser chicos y a tener una infancia más libre orientada al juego y al aprendizaje a través de las propias vivencias.

Según la doctora Dorothy Singer “a pesar de la diversidad de culturas el estudio demuestra una sorprendente coincidencia entre las madres de todo el mundo dado que el 77 % de ellas afirman estar preocupadas por la presión que la sociedad ejerce en sus niños para que crezcan más rápido”.

La falta de tiempo es, en orden de importancia, la segunda barrera pa ra el juego y para permitirles a los niños explorar, conocer su propio mundo e interactuar con el entorno, entre otras cosas.

Con respecto al objetivo de superar estos desafíos y brindarle a los chicos el derecho a disfrutar la niñez, a tener aprendizajes propios, jugar, descubrir y crear, las madres expresaron que los chicos deben tener más oportunidades de interactuar con los demás, tanto con compañeros como con ellas mismas.

Otro de los deseos de las madres fue eliminar el hecho que los niños deban crecer con demsiada rapidez.

En resumen, los propios chicos no se oponen al juego y a vivir sus propias experiencias en forma desestructurada. Específicamente, sólo el 7 % de las madres dijo que la falta de interés por parte de sus hijos constituía un obstáculo para que descubran su lugar en el mundo.

“A los chicos se le están negando cada vez más oportunidades de jugar y disfrutar, así como de aprender de sus propias experiencias, ligadas a la curiosidad y la exploración. El estudio sorprende por ser un llamado internacional por parte de las madres que manifiestan que el aprendizaje a través de la experiencia es fundamental para que sus niños tengan un desarrollo saludable”, dijo el doctor Jerome Singer.



Opinan los expertos

Según los doctores Jerome y Dorothy Singer cuando los padres impulsan a sus hijos a vivir sus propias experiencias están al mismo tiempo:

Ofreciéndoles diversión y entretenimiento mientras desarrollan las capacidades de atención y concentración.

Impulsándolos a explorar y descubrir tanto en grupo como por ellos mismos.

Promoviendo que experimenten y tomen riesgos.

Proveyéndoles oportunidades para que aprendan de manera colectiva con adultos y amigos (compartiendo, resolviendo conflictos y practicando el autocontrol).

Facilitándoles la práctica de habilidades de comunicación, lectura, escritura o estimulándolos para que tomen contacto con actividades artísticas.

u Generándoles buenas oportunidades para relajarse, descargar tensiones y liberar energía.

Estimulándolos a que se expresen a través del desarrollo de la imaginación, la creatividad y el pensamiento abstracto.

Construyendo su confianza y autoestima.

El aprendizaje a través de la experiencia implica que los chicos aprendan a través de la propia vivencia, explorando, creando, descubriendo, relacionándose e interactuando a través de sus sentidos con el mundo que los rodea.

Esto tiende a ser un proceso natural con una orientación mínima por parte de los padres que se da a través de actividades al aire libre, deportes desestructurados, juegos de simulación o actuación, expresión creativa a través del arte, la música y la danza, y la exploración de la naturaleza y el medio ambiente.