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sábado,
01 de
septiembre de
2007 |
Relación con Rosario
La relación de Vekstein con la ciudad de Rosario es muy especial. Nació como una jugada de billar. En el año 1991 Vekstein viajó a Europa para hacer un master en Alemania. Había sido aceptado para estudiar nada menos que con Peter Cook, de Archigram, que era como un sueño para él. Pero cuando arribó a tierras germanas se encontró con que Cook no estaba más en la escuela. En ese momento hubo un concurso para reemplazarlo y lo ganó otro maestro: Enric Miralles. Entonces, el día que empezaron las clases, allá por octubre de ese año, Vekstein se presentó ante un Miralles muy joven y le dijo que era argentino. Allí Miralles le cuenta de que recién llegaba de Rosario y que había asistido al congreso “La construcción del pensamiento”, desarrollado en el Patio de la Madera, organizado por el mítico Grupo R.
“Miralles estaba fascinado con Rosario y tengo entendido que su charla fue la que disparó un montón de pasiones en la ciudad. Así comencé una relación muy fuerte con Enric y a la vez con Rosario. Fue un descubrimiento doble. En el 93 volví a la Argentina y no me podía quedar con las ganas, así que vine a Rosario a dar un seminario al Taller de Galli, de la Facultad.
Allí surgieron relaciones personales muy fuertes y organizamos muchísimas cosas. El último gran evento del que participé acá es el Encuentro Latinoamericano de Arquitectura, en 2001, en el que también estuvieron Angelo Bucci (Brasil), Solano Benítez (Paraguay), Pablo Beitía (Buenos Aires) y Rafael Iglesia (Rosario).
Desde que surgió la relación académica con la Universidad de Arizona, Vekstein pasa más tiempo en el norte del continente pero cada vez que puede viene a desarrollar obras en Buenos Aires y a participar de emprendimientos académicos en todo el país.
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