Para Unicef la clave es la asistencia

En el marco del programa “Todos pueden aprender”, Unicef de Argentina impulsa el proyecto de Promoción Asistida (www.unicef.org.ar). Tal como indica el documento elaborado por Mónica Farías e Irene Kit, se define a “la promoción directa y asistida como estrategia sistémica de superación de la repitencia en el primer año de la EGB”.

Según Unicef, la promoción directa y asistida se sostiene en la convicción de que “la repitencia entre el primero y el segundo año de la EGB no sólo es un procedimiento inútil, que no se traduce en más y mejores aprendizajes de los niños repitentes, sino que es un procedimiento altamente peligroso porque pone trabas al proceso de aprender y porque es el punto de partida de la deserción, la sobreedad y otras manifestaciones del fracaso de la escuela”.

Pero renglón seguido advierte, “este pasaje directo es, a la vez, asistido porque, es condición ineludible —enfatiza el documento de Unicef— que esté acompañado de una serie de medidas de gestión institucional y didáctica y de seguimiento individualizado que permiten garantizar hacia el fin del segundo año los logros previstos para esa etapa bianual en la casi totalidad de los alumnos”.

El programa de Unicef pone el acento en el apoyo que las escuelas y los docentes requieren para llevar adelante esta promoción directa de los chicos: “Así, la asistencia en un proceso de promoción directa supone crear desde las estructuras de gestión y supervisión del sistema educativo, una trama de apoyo, acompañamiento y capacitación a los equipos directivos y docentes de las escuelas para que ellos puedan adoptar nuevas modalidades de gestión institucional y didáctica y de gestión de la información de seguimiento de los procesos de aprendizaje”.



Requerimientos



Para Unicef para encarar este proyecto de promoción asistida se requiere de: 1) el diseño técnico de propuestas de trabajo que abarquen integralmente todas las instancias de conducción y ejecución del sistema; 2) la asignación de algunos recursos específicos, que no son demasiados en relación con los logros que permiten obtener; 3) la construcción de una trama de apoyo y acompañamiento permanente del sistema educativo a la institución escolar y de ésta a los niños y sus familias y 4) la valoración política, instalando el tema y jerarquizándolo en la agenda de prioridades del Estado.