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 sábado, 01 de septiembre de 2007  
Chicos de la calle llegan a la droga entre los 8 y 11 años

Los chicos que viven o están en condiciones de desamparo en las calles rosarinas ingresan al mundo de la droga entre los 8 y 11 años y los estupefacientes que más consumen en esa edad son la marihuana y el pegamento, sustancias alucinógenas que utilizadas por lo general para “sustituir necesidades básicas” como la de alimentarse. Así lo reveló una investigación realizada por los responsables del Programa de Prevención y Asistencia de Adicciones, que depende de la Secretaría de Salud Pública de la Municipalidad.

   El informe, cuyos resultados se conocieron ayer, se explaya además sobre la problemática de la droga en adolescentes que ya están bajo tratamiento. En este caso, el relevamiento estableció que la mayoría cayó en el consumo entre los 12 y 14 años, y que las drogas más frecuentemente utilizadas son el alcohol, la marihuana, la cocaína y los psicofármacos.

   La psicóloga Silvia Varona, titular del programa, remarcó que el estudio fue un trabajo en conjunto con otras áreas de la Secretaría de Salud Pública, como la Dirección de Estadísticas y el Area de Investigación. Según la funcionaria, para este trabajo se relevaron 117 instituciones públicas y privadas, 74 de las cuales pertenecen al ámbito estatal, como hospitales y centros de salud, y 19 son organizaciones que trabajan en esa problemática.

   “Este fue un estudio realizado bajo el método investigación-acción, es decir que a medida que se iba haciendo los datos fueron procesados para comenzar a trabajar en eso”, manifestó la funcionaria.

    El trabajo abarcó a dos grandes grupos: por un lado se censó a chicos en “situación de riesgo”, como los que viven en la calle o pasan mucho tiempo en ella mientras se dedican a hacer changas como limpiar parabrisas en los semáforos, abrir puertas de taxis o cuidar coches, actividades que los menores “ya habían incorporado como verdaderos trabajos”, explicó Varona. Por el otro, también se entrevistaron jóvenes que se encontraban bajo tratamiento.

   En cuanto al primer grupo, la investigación estableció que los chicos provenían de familias “monoparentales”; con la ausencia de alguno de los progenitores, y que ninguno había concluido la EGB. En cuanto al impacto que el consumo causó en esos pibes, los especialistas detectaron “trastornos subjetivos; anestesia sentimental, distorsión perceptiva, comportamientos agresivos para sí y/o terceros, y conductas delictivas”.



No aparece el Paco. Un dato interesante que se detectó en la investigación es que ninguno de los chicos mencionó al paco como la droga de iniciación o de consumo regular. “Las que sí mencionaron en todos los casos fueron la marihuana y el pagamento, que en la mayoría de ellos se ven asociadas a la necesidad de sustituir necesidades básicas. Por ejemplo, los efectos anulan la sensación de hambre”, sostuvo Varona.

   En cuanto a los jóvenes que reciben asistencia, en el informe se estableció que la edad de iniciación se dio entre los 12 y 14 años y que las sustancias con las que ingresan son el alcohol, la marihuana y “en menor medida los psicofármacos”. En la mayoría de esos casos, son chicos que han logrado insertarse laboralmente y mantienen una relación de dependencia.

   Entre los motivos que los llevaron a consumir drogas, el factor más mencionado fue “problemas familiares”. Después le siguieron “antecedentes, soledad, desamparo, baja autoestima, pertenencia a un grupo y falta de información o ignorancia”.
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