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sábado,
01 de
septiembre de
2007 |
Vidas que no siempre
se respetan
A pesar de que las cifras de accidentes graves y mortales en la construcción bajó a la mitad en la provincia de Santa Fe, la inseguridad de los trabajadores sigue siendo el tema más complejo de revertir.
Así, hasta agosto de 2006 ya se habían registrado 60 de estos casos, contra los 18 que acumuló igual período en el presente año, según confirmó el responsable provincial de Seguridad e Higiene de la Secretaría de Trabajo, Héctor Carletti. Y para dimensionar estos guarismos agregó que se debe tener en cuenta que el boom de la edificación multiplicó por cuatro los 160 mil trabajadores en blanco que había en 2003, cuando la crisis del sector comenzaba a declinar.
Para Carletti, es “un crimen enviar a una persona a trabajar en altura sin elementos”. Dijo que toda obra en construcción debe contratar a un ingeniero en seguridad e higiene y sumar un técnico si hay más de cien obreros. Y explicó que los elementos de seguridad no deberían representar una gran erogación para las empresas: un arnés ronda los 300 pesos, el equipo de borceguíes, ropa, casco y guantes, 200. Y el cabo de vida, al que se sujeta el cinturón de seguridad, mil pesos.
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