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viernes,
24 de
agosto de
2007 |
Conmueve a Gran Bretaña el asesinato de un niño
Rhys Jones, de 11 años, fue fusilado sin ningún motivo por un adolescente en Liverpool
El asesinato de un niño a manos de un adolescente sumió a Inglaterra en el desconcierto y la conmoción, a tal punto que gobierno prometió ayer que actuará con mayor firmeza contra la delincuencia.
El hecho que desencadenó el espanto británico fue el asesinato en plena calle en Liverpool de un niño de 11 años, Rhys Jones . “Si hacen falta leyes nuevas, las aprobaremos”, dijo el primer ministro Gordon Brown en Londres. “Este crimen abominable conmocionó a todo el país”, añadió.
Hasta ahora, hay al menos dos sospechosos, de 14 y 18 años, que fueron detenidos por la policía. Según los investigadores, uno de ellos puede haber disparado el arma. El agresor se acercó en la tarde del miércoles a bordo de una bicicleta deportiva BMX a tres niños que jugaban al fútbol delante de un pub y sin ningún motivo disparó tres veces.
Rhys fue alcanzado por una bala en el cuello. Murió camino del hospital. El asesino, que se ocultaba debajo de una capucha, escapó en su bicicleta.
El crimen se suma a una serie de asesinatos de adolescentes registrados en los últimos meses en Gran Bretaña, en general, en relación a enfrentamientos entre bandas juveniles. Sólo en Londres murieron desde principios de año a causa de disparos o heridas de arma blanca 17 jóvenes.
Padres y niños del barrio de Croxteth, en el norte de Liverpool, donde asesinaron a Rhys, se encuentran en “profundo estado de shock”, dijo el obispo de Liverpool, James Jones.
La directora de la escuela a la que asistía el niño, Elaine Spencer, lo describió como “realmente adorable, extraordinariamente querido”.
La policía y el primer ministro Brown llamaron a la población a colaborar para esclarecer el crimen. “Alguien allí afuera sabe quién le dio (al agresor) la pistola”, dijo Simon Byrne, vicepresidente de la policía del distrito de Merseyside, al que pertenece Liverpool.
Quería ser futbolista. Rhys Jones tenía un sueño. Quería ser un gran futbolista. Como Wayne Rooney, quien consiguió ascender desde el mismo barrio del chico asesinado, hasta convertirse en estrella de la Premier League.
Rhys entrenaba siempre que podía. Así lo hizo también la tarde del miércoles. Pero en el estacionamiento, tras jugar al fútbol, fue baleado. “Quedáte con nosotros, hijo”, le decía su madre desesperada, con la cabeza sangrante de su hijo entre sus manos.
Abruma la frialdad con que se cometió el hecho. El agresor “miraba a los otros niños jugar al fútbol”, dijo uno de los clientes de un pub cercano a los reporteros televisivos.
“Luego, de repente, sacó una pistola y disparó con total frialdad tres veces, antes de desaparecer con su bicicleta, como un asesino profesional”, aseguró el todavía azorado testigo.
Crímenes similares ocurridos en otras grandes ciudades convirtieron al Reino Unido en un lugar especialmente peligroso para los más jóvenes.
El gobierno calcula que sólo la cifra de atracos violentos ascendió de 69 por día en 2004, a 175 en la actualidad.
El ultra violento fenómeno está disparado por los “hoodies” (encapuchados), jóvenes que se reúnen por la noche y luego de emborracharse con sidra, vino o cerveza, salen de caza en busca de una pelea que aporte algo de emoción al fin de semana, con escenas propias de “La naranja mecánica” (1971), la adaptación al cine de la novela homónima de 1962 de Anthony Burgess. l (DPA)
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Fotos
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A Rhys Jones, fanático del Everton, un encapuchado le disparó tres balazos cuando jugaba con unos amigos al fútbol.
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