Opinión

Central, un equipo transformer

Sergio Faletto / Ovación

Central es transformer. La polifuncionalidad de varios jugadores es la variable de ajuste indispensable para este equipo utilitario que presentó el domingo Carlos Ischia en La Bombonera.

Una virtud individual de gran rentabilidad colectiva. Porque el conjunto canalla fue preparado para luchar en cada metro, pero también instruido para intentar crear en espacios reducidos. Valoración táctica-técnica que adopta una mayor dimensión en esta realidad auriazul desprovista de jerarquía.

La versatilidad de estos futbolistas es acompañada por el empeño que ponen para transitar el proceso de adaptación a ubicaciones que no son habituales.

Como en el caso de Andrés Imperiale, quien siendo zaguero central jugó con suficiencia como lateral izquierdo para bloquearle a Palacio los caminos de la libertad. Así como Tomás Costa, que a pesar de ser un ocho clásico marcó el extremo derecho como un cuatro con tradición. O Leonardo Borzani, volante central de profesión que se recostó hacia la derecha para compartir el medio con Ledesma. Y también Damián Díaz, que con sentido de ubicación fue alternando entre las funciones de contención y creación.

En beneficio del futuro de Central, siempre y cuando esta vez alguien lo preserve, el común denominador en todos estos ejemplos de ductilidad para actuar en diferentes puestos es la juventud de los futbolistas, todos son surgidos de las divisiones inferiores.

No obstante esta cualidad que ostenta hoy el conjunto de Carlos Ischia, es indispensable no omitir que se trata de un equipo en construcción, con pocos recursos, tan pocos que los pibes ahora tendrán la responsabilidad de crecer de golpe, y a los golpes. Que empezaron bien, es cierto, con coraje y sin ningún tipo de complejos, pero no hay que olvidar que en el fútbol nada ni nadie otorga garantías, por eso los chicos necesitarán paciencia y comprensión. Algo que, en el exitismo siempre vigente, no representará un esfuerzo menor para los hinchas. l

Sergio Faletto.