
|
martes,
07 de
agosto de
2007 |
Diez años sin
María Rosa Di Leo
Diez años y una herida que sangra, sangra cada hora de nuestras vidas, cuando pensamos cuánto tiempo de vivir y disfrutar tenías por delante; sangra cuando pensamos cuántos proyectos se truncaron, sangra cuando una parte de nosotros también quedó vacía, sangra por no haber sabido ¿por qué? quién fue. Sangra cuando sólo nos queda tu recuerdo, pero más aún sangra cuando nos queda el vacío y la impotencia de no haber encontrado en la Justicia el esclarecimiento de tu asesinato. ¡Cuántas idas y venidas! Cuántas promesas incumplidas de jueces, fiscales, camaristas y hasta la Excelentísima Corte Suprema de Justicia. ¿Justicia? La justicia se hace representando a los ciudadanos con la equidad que nos hubiese hecho vivir, al menos, con la tranquilidad de dignificar tu persona. Hija, mientras nos quede aliento, seguiremos reclamando, aunque tan solo sea para fastidiar y molestar —como sentimos fue durante estos diez años— a los "funcionarios del mal llamado Palacio de Justicia".
Tus padres: Graciela y Vito Di Leo
enviar nota por e-mail
|
|
|